¡Padres, por primera vez! |NamJin|

¡Oh, vaya, ya son 6 meses!

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NamJoon todavía recuerda el miedo y el pánico que sintió cuando SeokJin cayó de las escaleras de su antiguo departamento.

Cuando escuchó los quejidos lastimeros del omega y encontró su cuerpo tendido en el suelo, golpeado y adolorido, por un instante, NamJoon casi se vuelve loco al verlo así. Mierda, fue uno de los momentos más horribles de su vida.

Pero fue una suerte, que en ese momento, NamJoon se encontraba en casa por ser fin de semana, si no, ¿quién sabe cómo SeokJin se las habría arreglado para pedir ayuda?, o cuánto tiempo le hubiera tomado hacerlo. Y tan pronto como le vio, NamJoon lo cargó y llevó a emergencias, temiendo que algo grave le sucediera.

Lamentablemente, SeokJin se había golpeado el vientre y tuvo un aborto.

Y naturalmente, eso causó que el omega sufriera y se culpará a sí mismo de lo sucedido. NamJoon entendió que SeokJin se sintiera de esa forma, roto y perdido, incluso si nada de lo sucedido era su culpa. Pero cada vez que sentía la tristeza del omega, y no era capaz de hacer algo para consolarlo, la sensación de desconsuelo también crecía en él.

Cabe mencionar que, aquel accidente, fue el propulsor a que se cambiaran a una mejor vivienda. Una vez que volvieron del hospital, SeokJin ni siquiera soportaba mirar esas escaleras. Entonces, claro, NamJoon había propuesto que se mudarán a un nuevo lugar, más grande y bonito, que no tuviera horribles escaleras. Gracias al cielo, en ese entonces a SeokJin le había empezado a ir de maravilla en su cafetería, y NamJoon había firmado contrato con una de las mejores compañías de entretenimiento de corea.

Y luego, mucho tiempo después, habían logrado superar esa situación juntos. Y ahora, finalmente, su perseverancia estaba cosechando sus frutos. Y él estaba muy feliz, de vivir esos momentos al fin, de ver a su esposo sonreír e irradiar una cálida y hermosa luz.

—Joon-ah, ¿qué te parece esa? —preguntó SeokJin, señalando una cuna de madera caoba mientras sacaba de su ensoñación a NamJoon.

En ese momento, se encontraban en una tienda comprando los muebles para la habitación del bebé. A decir verdad, hasta ahora, solo habían pintado la habitación. SeokJin había decidido esperar un tiempo para comprar los muebles. Sin embargo, era casi repentino, el cómo el tiempo estaba avanzando tan rápido; parecía ser cierto que los momentos más felices de la vida son los más cortos.

NamJoon observó la cuna que SeokJin señalaba, era grande y bonita, pero principalmente resistente. Y ellos necesitaban eso, resistencia y calidad, porque no querían arriesgarse a comprar algo que terminará dañándose fácilmente, solo por economizar dinero. Y honestamente, también preocupaba a NamJoon que la bebé pudiera caerse de la cuna. No obstante, con la nueva que estaban viendo, era muy poco probable que su cachorra se cayera de allí una vez que creciera lo suficiente como para pararse en la cuna. 

—Me parece mejor que la otra —NamJoon señaló el pequeño moisés que SeokJin estuvo viendo anteriormente—. Es de mejor calidad y también es más seguro.

SeokJin se rio por su comentario, en realidad, estando de acuerdo con él. Pero aun así replicó: —Ese moisés es para ponerlo en nuestra habitación mientras está recién nacida.

NamJoon no estaba de acuerdo. ¿Por qué un moisés en vez de un corral? Aunque era grande, el corral era más seguro y práctico. La bebé podría jugar allí dentro después de varios meses.  Sin embargo, SeokJin no estuvo de acuerdo con él, declarando que el moisés era más práctico porque podrían llevarlo a todos lados. Y, además, el moisés era mejor para que los recién nacidos pudieran descansar en un espacio recogido y de menor tamaño, ya que están acostumbrados al vientre.