¡Padres, por primera vez! |NamJin|

Epílogo

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Finalmente, había llegado el día tan esperado por SeokJin y NamJoon.

Era el final de su embarazo.

Y por los cielos, ninguno de los dos podía creer que ya era el día.

De hecho, por lo mismo, el día había empezado bastante caótico.

—¡Es hoy, SeokJin! —NamJoon había dicho esa mañana, emocionado y ansioso, cuando la alarma que habían programado para despertarse temprano sonó de repente.

Y SeokJin no supo si chillar de la misma forma que el alfa o mandarlo a callar. De todas formas, toda la tranquilidad de su sueño se esfumó inmediatamente.

El día anterior, SeokJin trató de olvidarse por completo que al siguiente día, finalmente, sería intervenido para realizar su cesárea. Por lo tanto, NamJoon y él habían tenido una tarde de películas y videojuegos para que SeokJin se mantuviera relajado, como había indicado su doctora. Y de hecho, SeokJin había amanecido más tranquilo de lo que creyó que estaría; podía decirse que NamJoon estaba más intranquilo que él.

Sin embargo, todavía no estaba lo suficientemente tranquilo como para no gritar internamente.

¡Por dios, en unas cuantas horas, tendría su bebé en sus brazos!

Por supuesto que NamJoon y él iban a sucumbir ante los nervios.

Tras nueve meses de gestación, su embarazo por fin iba a terminar: su cachorra pronto haría una entrada triunfal al mundo.

Y sí, es cierto que por ahí se dice que los que dan a luz por medio de una cesárea programada no tienen la misma preocupación que otros que esperan al parto natural, porque ya conocen el día y la hora de su intervención. Sin embargo, aun con todas estas prerrogativas, la ansiedad le estaba devorando.

¡Era el día en que iban a conocer, por fin, a su pequeña bebé con la que tantas veces soñaron! ¡Saber el día y la fecha no fue suficiente para tranquilizarlos! Después de todo, serían padres por primera vez.

—No puedes comer nada, Jinnie, ¿lo olvidaste? —NamJoon señaló cuando vio a SeokJin abrir el refrigerador.

Y SeokJin casi llora al recordar que la doctora le había ordenado hacer un ayuno de cinco u ocho horas antes de la cesárea.

Al final, SeokJin solo pudo tomar un batido para controlar su hambre.

Entonces, cuando ya solo faltaba una hora para irse a la clínica, empezó el caos.

NamJoon daba vueltas por toda la casa revisando que todo estuviera en perfecto estado. De hecho, el hombre revisó algunas diez veces que el bolso del bebé, tanto el de SeokJin, estuviera todo bien empacado y listo.

Y SeokJin pudo haber estado tan ansioso como él. Sin embargo, parece que reírse de NamJoon por su inquietud y nerviosismo, le había ayudado a mantenerse él un poco más tranquilo.

Y efectivamente, después de la última revisada a su bolsa, NamJoon se aseguró que todo lo que necesitaban para esos tres, o cuatro días que SeokJin y la bebé estarían en el hospital, estuviera listo.

El hombre volvió a relajarse.

—Todo está listo —dijo NamJoon. Sin embargo, SeokJin solo se rio, porque él sabía que todo estaba bien.

¡Habían empacado con mucho tiempo de anticipación todo lo necesario!

—Entonces, hay que irnos.

Fue lo último que dijo antes de partir, finalmente, a la clínica.