Capítulo 1: Primer día caótico.

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yo,, Noah Dupleix,, un chico trans de 14 años,, por primera vez en mi vida voy a cambiarme de escuela.
No es que no quiera,, la verdad me abre una banda de oportunidades y puede que haga amigos nuevos,, algo que me hace falta.
Pero una parte de mí está asustada de que las cosas no vayan tan bien como esperaba,, que nadie me hable y que piensen que soy un rarito.
No me gusta que no me conozcan. No soy alguien extrovertido pero me encanta ser el centro de atención. Quiero que sepan de mí y tener un grupito de amigos igual de retrasados que yo,, que me acompañen en mis estupideces.
Pero sólo son deseos. La realidad es que probablemente me dejen de lado,, no me gusta pensar en eso.

Estoy pasando por un momento de mi vida muy difícil. Sufrí trastornos alimentarios,, practiqué bulimia y rocé la anorexia,, todo para estar a la altura de mis expectativas sobre mí mismo.
Claramente no funcionó. Me costó volver a encajar en mi propia piel. Fué un proceso y sigo trabajando en ello. Es difícil estar constantemente contando calorías y soportando comentarios sobre mi cuerpo. Es difícil soportarlo y hacer como si nada,, quedarme con la boca cerrada.
Pero boeeeno,, cosas que pasan.

Estuve hablando de mi cambio escolar con mi psicóloga. Ella opina que debería ver el lado positivo y esperar que la vida me depare lo mejor.
Yo pienso lo mismo. Una capa,, Rosalía.
Pasan los días como si volaran,, y finalmente llega el momento en el que estoy acostado en mi cama,, la noche anterior a mi primer día. No puedo ni dormir de la ansiedad.
Cierro los ojos pero mi cabeza no paraba de pensar en las posibilidades. ¿Y si me discriminan por mi identidad de género? ¿Y si sufro de bullying severo? ¿Y si no me siento cómodo? ¿Y si no encuentro a nadie parecido a mí? ¿Y si me quedo sólo?
No podía dejar de maquinar.

Logro dormirme luego de un rato,, entonces despierto y mi mamá está gritándome para que me apure,, que tengo una hora para vestirme y estar listo.
Me visto a mala gana y reviso que todo el contenido de mi mochila esté donde debe de estar. Todo perfecto.
Mi tío llega a buscarme en auto para llevarme.
Después de un viaje no tan largo,, me quedo frente al portón esperando a que me abran,, viendo a chicos de mi edad uniformados pasar todos juntos frente a mí,, en patota.

—Espero poder adaptarme...

Pienso,, nervioso.
Abren el portón frente a mí. Todos entran y yo me despido de mi mamá y doy un paso dentro del colegio,, cagado hasta las patas. Ojalá tener un buen día.
Llego al patio. Todos están en su grupo de amigos,, todos tienen con quién charlar menos el boludo nuevo,, completamente solo,, en una esquina,, y para colmo me había olvidado el celular en mi casa.

—Qué cortado verde que soy.

Resongué.

Veo como todos entran a sus salones,, miro confundido para todas partes. Esto no pasaba en mi otro colegio. ¿Alguien que me diga qué hago ahora? ¿No? Bueno.

Resignado,, sigo al primer curso que veo y me meto a un salón random,, con cara de que estoy completamente seguro de lo que estoy haciendo,, cuando de lo único que estoy seguro es de que la estoy cagando completamente.
Soy demasiado tímido para preguntar dónde queda el salón de "2° B",, así que sólo me siento y me pongo a mirar el piso,, re duro.
Después de unos minutos el profesor me pregunta mi nombre y me pide que me presente.

—Ehhh... Me parece que me equivoqué de salón.

—A ver,, ¿De qué año sos?

—Segundo.

—Uff,, sí. Esto es cuarto. ¿Quién te mandó para acá?

Todos se me cagan de risa.
Me quiero pegar un tiro en los huevos que me faltaron para preguntar dónde quedaba mi puta aula.

—Vine solo. Es que soy nuevo y no conozco cómo se manejan acá.

—Ay Dios,, vení pibe.

El profe me lleva a preceptoría,, donde finalmente me mandan hasta el salón que corresponde.

—Disculpe profe,, un alumno nuevo.

Dice el señor que me trajo. Me despacha en el salón. Todos me saludan pero yo no abro la boca ni para respirar.
Me siento en el fondo del salón,, esperando a que termine el día y poder irme a mi casa.

Después de una larga y aburrida clase de arte,, por fin me liberan al recreo: "El Infierno."
Para los que no saben,, la peor condena es pasar un recreo de 30 minutos sólo en una esquina. Por suerte no fue tan así.
Un grupo de chicas se acerca a mí y entonces me hablan.

—Hola ¿Querés venir con nosotras? Yo sé cómo se siente ser nueva.

Las miro,, re nervioso.
Me da mucha vergüenza hablar con gente que no conozco,, no sé que decir. Simplemente más esquivo y salgo corriendo al patio. Qué puta vergüenza. Seguramente piensan que soy un hijo de puta,, nadie me va a volver a hablar después de esto.

Estoy sentado en un banquito,, alejado de todos,, mirando a la nada y pensando en que me olvidé el sanguchito de miga en el salón.
Veo venir de nuevo a las chicas de antes. Espero que no me peguen por ignorarlas así.

—¡Hola! ¿Querés juntarte con nosotras?

Levanto la vista hacia una chica con una cara de buena persona.

—Bueno,, está bien.

Les sonrío. Obviamente no se dan cuenta porque tengo barbijo. Qué pelotudo.

Me paro y camino,, siguiendolas a todos lados sin decir una sola palabra.
Ellas se presentan y todo (Spoiler: me olvido de sus nombres a los dos segundos. No me culpen,, no soy bueno recordando cosas,, sobre todo porque eran más de diez chicas y era demasiada información para procesar en ese momento.)

Las escucho mientras hablan de anime y otras cosas,, intento ocultar mi obsesión interior con eso porque no quiero que piensen que soy raro,, aunque en realidad es que me daba vergüenza meterme en su conversación.

Tocan la campana y termina el recreo.
Sigo a la manada para no volverme a equivocar de salón.

Al final,, nos hacen cambiarnos de salón porque el aire acondicionado andaba como el culo y hacían como 48°C.
Después de una clase en la que no pude copiar nada porque tengo miopía y mis anteojos anteriores los perdí mientras andaba en bicicleta (larga historia),, guardo mis cosas y camino hasta la salida con al parecer mis nuevas amigas.

Ellas me acompañan hasta donde tengo que encontrarme con mi mamá y me despido de ellas,, bastante contento de haberme podido adaptar.

No conocí a muchas personas pero al menos no me la pasé solo como un inadaptado social todo el día,, creo que eso es algo bueno.
Todavía siento vergüenza por haberme equivocado de salón. Hoy en día mi mamá sigue haciéndome bullying por eso. Todo mal. 👎🏻👎🏻

Arroz con Leche. ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora