Capítulo 4: Lyra Hall

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Draco Malfoy

Había pasado una semana desde mi cumpleaños y desde que había mandado a mi padre a la mierda. La verdad es que me sentía bien, volvía a tener a Laura a mi lado y eso me hacía respirar.

Durante todos esos meses en los que no hablé con ella siempre sentía una presión en el pecho que me hacía no poder respirar y ahogarme. Ahora que la tenía junto a mi de nuevo sentía que volvía a ser yo de una forma u otra.

Habíamos quedado con todos varios días y habíamos ido a diversos lugares todos juntos y fue increíble.

Ahora mismo me encontraba con Laura en su habitación, ambos habíamos quedado en vernos y estar un rato a solas ya que Regulus se había ido al ministerio, aunque nos advirtió que sabría todo y que tuviéramos cuidado.

Estábamos ambos tumbados en su cama mientras hablábamos de cosas sin sentido. Tenía abrazada a Laura y ella estaba apoyada en mi pecho.

- Entonces me llamó señorita Bennet y obviamente no subí la mirada. – Hablaba ella mientras movía las manos exageradamente, reí ante ese gesto. – Después se acercó a mí diciéndome que me estaba hablando y fue cuando le dije que ese no era mi apellido, ¿¡sabes lo que hizo!?

- Te mandó con la directora. – Adiviné.

- ¡Exacto! ¡Será cabrona! – Exclamó ella comenzando a molestarse. – ¡No voy a poder aguantar más tiempo con ella y me queda un año!

- No te preocupes, estás con Millie y Noah. Además, según me has dicho a la directora también le cae mal y te entiende por lo que no te causará problemas en tu expediente.

- Lo sé, pero es el hecho de tener que aguantarla en clase. Echo mucho de menos a Mary...

Besé su cabeza y ella se acurrucó más en mí. Sabía que ese era un tema muy delicado y estaría con ella cuando no pudiera más.

- Draco... – Susurró aún con la cabeza escondida en mí.

- Dime. – Dije acariciándole el pelo.

- ¿Crees que Rose y Jacob me buscarán? – Me sorprendí ante su pregunta, la verdad es que no me la esperaba.

- No sé... Pero no te preocupes no les dejaré que te pongan una mano encima, te lo puedo asegurar.

Ella me sonrió sinceramente y le devolví la sonrisa volviendo a abrazarla.

Estuvimos un rato en silencio, no era un silencio incómodo y eso me gustaba. Al momento escuché como la respiración de Laura se hacía más suave por lo que comprendí que se había quedado dormida.

Me acurruqué en la cama con ella y al rato me dormí yo también.

Narrador omnisciente

Regulus Black entró a su casa y directamente subió a la planta de arriba para buscar a los dos adolescentes.

Cuando entró a la habitación de su ahijada pudo observar que ambos estaban dormidos y sonrió ante la escena. Miró la hora y vio que era un poco tarde por lo que se dispuso a despertarlos.

- Chicos... Despertad. – Laura comenzó a abrir los ojos y al ver a su padrino sonrió, Draco también despertó al momento y se frotó los ojos.

- Merlín... Es bastante tarde.

- ¡Quédate a cenar! – Exclamó Laura emocionada. Draco le miró enternecido y Regulus rio.

- Puedes quedarte si quieres, Draco. Yo aviso a Cissy, pero en media hora os quiero a los dos bajo.

Muggle - Draco Lucius Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora