Aquel verano estaba siendo impresionante, tanto que a los mellizos Choi se les había permitido asistir a la fiesta de piscina de los Lee; hasta que un simple choque con la persona equivocada cambio la vida de ellos, quizá para siempre.
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Sus pies dolían de tanto correr, su respiración agitada hacia el ruido necesario para que fuera encontrada fácilmente, pero aun así no podía simplemente rendirse. Ella no era culpable de nada, solo había estado en el lugar incorrecto en el momento incorrecto.
Se detuvo en medio de aquel bosque, bueno no era exactamente un bosque, pero la descripción le quedaba mas sencilla de aquella manera. Estaba en la propiedad de alguno de los habitantes de aquel pueblo, el lugar tenía senderos, su comunidad era conocida por el turismo, pero ahora solo era conocida por los carteles de "SE BUSCAN" con la cara de ella y su hermano impresas en papel. Todos estaban atemorizados de que dos adolescentes hubieran cometido tal crimen. Claro, había quienes se negaban aceptarlo, pero eran muy pocos.
Saliendo de sus pensamientos prestó suma atención a los sonidos del bosque buscando indicios de alguien siguiéndola o hasta de su mellizo.
Ser perseguidos por la policía les obligó a separarse, pero tenía la esperanza de volver a verlo, igualmente a sus amigos.
Pero definitivamente, la vida parecía odiarla una vez más cuando el sonido de las sirenas le hizo soltar un jadeo de susto y retomo su camino en busca de un buen refugio.
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