ʿʿ ghosted ʾʾ heehoon︕

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Podría ser el día más soleado del mundo, pero sobre SungHoon siempre había una nube gris indicando su tristeza.

Observaba desde su casillero como algunos estudiantes empezaban a rodear a su chico soñado, y este alegremente saludaba a cada uno de ellos.

HeeSeung era literalmente un chico de ensueño.

Perfección a simple vista, difícil de creer pero luego que te acostumbras a su presencia te das cuenta que todas esas cosas que dicen son puras verdades. El chico parecía que no rompía ni un plato a pesar de tener una imagen un poco ruda, o al menos así lo tomaban varias personas al ver sus piercings, pelo teñido y su mirada penetrante.

Pero todo aquello sólo era una pequeña parte de él, pues había mucho que conocer de HeeSeung, y una larga vida por delante para hacerlo.

Desde ya SungHoon estaba consciente de que él no lograría sobrepasar la barrera y poder hablar con HeeSeung.

¿Cómo lo sabía? Era fácil de notar.

Pues cuando HeeSeung y uno de sus amigos se dirigían a su dirección, a pesar de levantar su mano listo para saludarle, él simplemente lo ignoró como si no existiera.

Como si fuera un fantasma.