𝟐𝟏

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—We will do this together

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—We will do this together.


El muchacho pecoso siempre fue difícil de comprender, parecía que la única emoción capaz de transmitir era la ira, o al menos aquello es lo que recuerda el muchacho rubio, más ahora es diferente, es capaz de ver tristeza, culpa y arrepentimiento en los ojos grises de su hermano mayor, sabe que algo le oculta, que hay algo que no le ha contado y piensa encararle, no desea que haga todo por sí solo, por algo está aquí, desea brindarle ayuda.


—Muy bien, con todo lo que dijiste obtuve buena información... —murmura el joven peli azul, con la mirada fija en la pantalla de su computadora—, Ace, ¿cuándo te mudaste aquí?


—Vine a Japón el primero de octubre, ¿por qué?


—Luffy, apareció aquí cuando te estabas mudando, ¿eso fue el primero de Octubre?


El rubio frunce con suavidad sus labios mientras que pasea su mirada en su hermano y el otro chico.


—Fue el segundo día cuando comenzamos con las cosas de la mudanza, ¿a qué viene tanta pregunta Deu? —cuestiona acercándose a su amigo y así poder ver lo que sea que allá en la computadora.


—El dos de octubre se celebra el día del ángel de la guarda y Luffy lo ha mencionado, está siendo ayudado de algún modo por este, estuvo vagando en el Limbo, sitio en el que estas entre la vida y la muerte, si estuvo allí es porque... —El muchacho se detiene y mira fijamente a su compañero, el pecoso le mira con duda y le incita a que continúe sus palabras—. Si estuvo allí, fue porque le arrebataron la vida...


Todo el cuerpo de Sabo se congela, aquello era imposible, el Limbo no funcionaba de aquel modo, se suponía era el sitio al que ibas y se te juzgaba, ¿o acaso eso era el purgatorio? No lo comprende, no, más bien no quiere creerle, no quiere creer que alguien se atrevió a quitarle la vida a su hermanito. Nuevamente lleva sus ojos azules a los grisáceos, el contrario está temblando y aprieta con fuerza las manos de su compañero, lo sabía, Ace sabía aquello.


Deuce se asusta un poco ante el golpe que Sabo da a la orilla del sillón, no sabe qué hacer, Ace está apretándole las manos, todo es difícil para ambos hermanos mayores.


—Ace —llama el rubio, no hay emoción alguna en su voz—, necesitamos hablar.


El pobre de Deuce se siente de algún modo entre la espada y la pared, una parte de él quiere abrazar con fuerza a su amigo y pedir de un modo amable al contrario que se calme, quiere maldecir cuando sus ojos esmeralda se posan en el fantasma, este está atravesando una pared sin prestar atención a lo que está ocurriendo. Quita su mirada de él al sentir movimiento, el pecoso se ha puesto de pie y poco a poco ha soltado sus manos, quiere aferrarse a ellas.

𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐡𝐨𝐬𝐭 [actu lentas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora