Cap 2 / Día a día

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Yo estaba en el comedor, era amplio y luminoso, yo me acerqué a mi silla y me senté con absoluta dedicadeza, hoy yo era la protagonista de mi propia historia, y estaba orgullosa de que así fuese, porque era mi cumpleaños de quince... Era quinceañera, algo mágico, ¡este día sería sin dudarlo perfecto!

Mi hermana entro al comedor en un pijama multicolor de unicornio, y se sentó en frente mía sin demostrar mucha dedicadeza de su parte, por no decir ninguna, yo la observé de arriba a abajo preguntándome como mi hermana podría ser tan diferente a mi siendo gemelas...

-¡Buenos días hermana! ¿Tienes idea de cuando nos darán los regalos? -No lo se hermana, pero somos quinceañeras, hoy, es nuestro momento, no pienses en los regalos, piensa en el hermoso baile... Un bals...

Mi hermana giro su cabeza hacía una ventana de la derecha mientras me miraba de reojo, acto seguido, se puso de pie de un salto

-Di lo que quieras chica, pero yo quiero mis regalos, cambiando de tema ¿Que hay de comer? Me muero de hambre tronca

¿Tronca? ¿¡Tronca!? ¿Que miembro de la realeza en su sano juicio dice tronca? No entiendo a esta chica...

-Pues escuchame bien hermana, te sentarás en la mesa y esperaras a que vengan nuestros padres, una vez que estén aquí, les darás los buenos días, comeremos, y después ya te irás si acaso.

Mi hermana me lanzo una mirada desafiante y hecho a correr hacía la ventana que fue anteriormente visualizada, la abrió y salto de palacio de un salto, no estábamos muy lejos del suelo por lo que el aterrizar no le fue un problema, y empezó a correr y a correr hasta llegar a los arcos, donde empezó a lanzar sus flechas... Lo hacía bien, no te mentiré, pero se supone que debería saber tocar el piano, o violín al menos... Pero ella... Ella era salvaje, demasiado para una princesa, y yo como hermana mayor, me llevare todas las responsabilidades del reino.

Yo estaba asomada en la ventana, y decidí armarme de valor, el cual era escaso, me quite los zapatos, porque tenían algo de tacón y se me haría difícil mantener el equilibrio, cogí aire, me puse en el borde de la ventana, y con más miedo que valor en aquél momento, salte.

Salte y por un momento pensaba que iba a matarme, pero la hierba verde recién lavada me recibió acolchado el golpe, haciendo así menor la caída.

-¡Vuelve aquí! ¡Esto no le gustará a ni a madre ni a padre hermanita, así que por lo que más quieras vuelve..! Porfavor... -¡No te oigoooo! -¡Venga ya hermana ven! -¡Que no te escucho!
-Ashier ven aquí de una vez... -¿Y que si no quiero? -Nuestros padres estarán decepcionados contigo. -Eso es lo que tu dices, ¡disfruta la vida hombre! -Te odio...

Me acerqué a mi hermana, le cogí del brazo y la devolví a palacio, me sacudí el vestido, estaba algo manchado, -nada más terminar de comer me cambiaré de inmediato. Me dije a mi misma, me dirigí hacía el comedor, coloqué una servilleta en la silla para no ensuciarla y acto seguido me senté con delicadeza, al contrario, a mi hermana parecía no importarle el mancharse y sentó como si nada...

-Menuda princesa que estás hecha... -Mejor que tu seguro -¿Perdona? -La envidia es mala hermana... La envidia es mala. -Hermanita, dejate de tonterías por favor...

Entraron mis padres en el comedor a poner orden en la sala, se sentaron en sus sillas de terciopelo rojo, y llegaron los mayordomos

-¿Que tal amanecieron mis princesas favoritas? -¡Genial padre! -¿Muy bien papá... Puedo ir ya a hacer arco?

Yo mire a Archie con mala cara, y le hice una seña para que se callase

-Hijas, ¡hoy soys quinceañeras! ¿Estáis emocionadas, felices por ello? -¡Si madre, hoy será un gran día! -Siiii, pero ¿cuando dan los regalos?

Yo mire a mi hermana otra vez de mala gana, no podía estar pidiendo los regalos a cada tres segundos, eso no es algo propio de la realeza.

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⏰ Última actualización: May 12, 2022 ⏰

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