1. Día de Liceo

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Eran como las cinco de la mañana y mi mamá me estaba levantando kike para ir al colegio.

«Quien va pal' liceo a las cinco de la madrugada? Ta muy temprano, nojoda»

Con toda la flojera del mundo me levanté de la cama y me fui pal' baño a... A bueno pues lo que se hace en baño pues, me puse el uniforme pa' esta lista cuando entre al liceo, pero faltaban como tres horas, nawebona, que ladilla.

Pa' mata el tiempo salí a estira' las patas, caminé por el barrio y no había casi gente porque son las cinco de la mañana ¿quién va a esta' a esta hora despierto? Y como soy yo de suertuda había un señor en una esquina vendiendo arepas.

«Coño me hace falta una porque mi mamá ni me metió una vaina de esas» pensé

Compré dos vergas de esas porque yo si soy lambucia, me guarde una arepa en el bolso y la otra me la comía mientras tanto.

Ví la mata de mango de la casa de la señora Elena y me dieron unas ganas tremendas de encaramarme ahí pa' bajar unos mangitos para Yusleidy y para Natanael, no lo pensé más y me subí a esa mata, ya me había montao' ahí varias veces pero la vieja de Elena me lanzaba escobazos pa' que me baje de esa vaina, no le paré a nada y agarré unos diez mangos, mentira, me llevé como treinta, me bajé de la webona esa y como yo soy bien arrecha caí parada como la crack que soy.

—Deja esa vaina carajita!!!! —oí el grito de la señora Elena

Ahí pegué una carrera que llegué antes que la camioneta a la parada, y lo peor, en el camino se me cayó la arepa, nojombre, mi arepa, tan rica que estaba con carne esmechada.

Llegué a la parada de camionetas, a lo lejos ví un catire catire, no de esos que tienen el pelo clarito y le dicen catire, no, ese era un rubio que se le notaba a kilómetros.

—Veee de esos no se consiguen a diario —dije para mí misma

El carajito parecía emocionado por comprar una empanada, una empanada! Algo tan común aquí, no le paré mucho y seguí esperando la camioneta, volví a ver al carajito catire y este se estaba subiendo a un carro que ay papá, ni con que vendiera un riñón de cada integrante de mi familia me alcanzaría para pagar la mitad del precio del carro. Los gritos del colector de la camioneta empezaron a sonar en la parada.

—Maracay! Maracay! Maracay! Rápido! Rápido! Suba que se va! Maracayyyy! —gritaba el colector de la camioneta esa

Me subí a la vaina esa, llegué al fondo fue porque me empujaron, esperé un rato y mientras, sacaba el pasaje, el colector pasó pa' trás cobrando el pasaje, cuando pasó por mi lado y me miró con cara de "el pasaje, el pasaje".

—1.600 Bs —cobró el coño e' madre

—Cómo?! 1.600?! Usted ta loco si piensa que le voy a pagar eso de pasaje! —si soy jala bola nojoda, es que eso me sale natural

Formé mi peo ahí por el pasaje, pero que va, terminé por pagarlo, pero estaba arrecha, y el peso de los mangos no ayudaba ni un coño.

«Eso me pasa por lambucia» me regañé mentalmente

Cuando llegué a la prisión la cual llamo liceo todo el patio estaba vacío, pensé que estaba temprano porque mira que me paré a las cinco de la mañana, pero nojoda, al ver marvado reloj y eran las 8:23, marica voy tarde! Y eso que me levanté temprano.

Salí pirada pal' salón, la profe Alicia estaba vigilando a los estudiantes, Natanael me vió, le hice señas para que me ayudará a distraer a la profesora y yo entre tranquila, el carajito asintió y de paso me guiñó un ojo el mamagüevo ese.

—Profe mire, un ovni! —dijo el mariquito ese

Pero la muy pajua de la profesora volteó a ver si era verdad, yo abrí con cuidado la puerta, entré al modo ninja y me arrastré por el piso para llegar a mi pupitre.

¡Marico, bienvenido a Venezuela! (Adrien/Chat Noir x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora