Han pasado dos días desde la audiencia, pero finalmente he decidido comentarle a Nad lo que sucedió.
—Tu ex suegra está loca —opina la morena, luego de contarle la estrategia fallida de Amelia.
Me cuesta pensar que esa mujer es la madre de Daphne. Y es que su hija era completamente diferente, pero, ¿qué tal si Amelia siempre fue así y solo lo demostró hasta el final? Porque pienso que, de continuar viva Daphne, no hubiera relucido cómodamente su rechazo hacia nuestra relación.
¿Y si ella...?
No. A pesar de todo lo malo, no creo que ella haya sido capaz de matar a su única hija. En todo caso, sería imposible, ya que no tendría sentido.
—Sí —bufo—. Me pregunto qué hubiera pasado si Daphne no moría.
Me atrevo a imagina un mejor futuro para nosotras, una vida en la que ambas nos continuemos amando sin que nadie más nos importe, estando casadas (incluso con hijos, porque ella me expresaba su deseo de adoptar), apoyándonos y queriéndonos siempre. Pero pronto caigo en la realidad.
Nuestra relación fue una montaña rusa, creí que todo estaba bien y que nada podría interponerse entre nosotras, pues al menos yo contaba con el apoyo de mis padres y eso era lo único que me bastaba. Sin embargo; una vez que pasó todo el endulzamiento inicial, la montaña comenzó a bajar con una rapidez impresionante.
Y luego de diez años de relación, aquí estoy.
Algo bueno de esto ha sido conocer a Nad. La considero una amiga, pues siempre me escucha y me da consejos. Ella intenta ayudarme a superar esta injusticia.
—Ay, Vic —lamenta ella, triste.
Pero ya ha sido mucha tristeza.
—Mejor háblame de ti —comento, con más ánimo—. ¿Qué será lo primero que harás cuando quedes en libertad?
Ella tampoco conoce su sentencia, pero no es difícil deducir que no permanecerá encarcelada por tanto tiempo. Pienso que tal vez esté aquí un año, o incluso menos.
—Mm, no lo he pensado —ahora ella también se ve de mejor humor—. Pero me gustaría involucrarme con alguna organización que proteja a las personas que han sido encarceladas injustamente.
—¿Y eso es por...? —pregunto con curiosidad.
—Ti —declara, sorprendiéndome un poco—. Lo que he visto y escuchado me ha hecho cuestionarme acerca de muchas cosas.
—Como Greta, supongo.
—Sí. Es increíble que personas como ella no conozcan los límites.
Pero Greta ya no está, así que... Supongo que la mayoría de las otras presas sienten paz por eso. Espero.
—Estoy de acuerdo —asiento y me encojo de hombros.
—Sí, y otra cosa —añade, con un poco de timidez—. Vic, cuando salga, yo... Prometo ayudarte —se acerca a mí, buscando mi mirada—. Te lo juro.
Le doy un abrazo.
—Gracias, Nad.
14 de febrero de 2008
—Todo debe estar listo antes de las cuatro —le dije a Borja, quien me miraba como si yo fuese una figura de máxima autoridad.
Estábamos en mi casa, pero él me ayudaba a envolver y escorar el regalo de Daphne.
Él iría a casa de Diego, junto con Wendy y Carla, para que todos cenaran juntos. Nos invitaron, pero sabían que no podríamos ir, aunque realmente estábamos pensando en visitarlos un rato.
—Sí, capitán —respondió en tono militar, lo que me hizo reír.
—¿Y eso por qué? —pregunté, sentándome.
—No pensé que alguna vez te vería enamorada de alguien —confesó, en un tono íntimo—. Y digamos que es... Bastante tierno de ver. Sobre todo porque la persona de la que estás enamorada es Daphne.
Sonreí.
—Honestamente, no puedo creer que ahora seamos novias —confesé, apenas creyendo mis palabras—. Este será nuestro primer San Valentín siendo pareja —añadí, con una visible nota de emoción.
Mi amigo sonrió y me dio un abrazo.
—Y espero que sean muchos más, Vic, muchos.
¿Qué podía decir? Me sentía feliz de tenerla en mi vida, así como de tener a personas como Borja, Carla y Diego, porque todos ellos, en conjunto, me hacían querer esforzarme para ser una mejor persona. Y sentía que lo estaba llorando.
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Daphne, ha pasado mucho tiempo
Teen FictionVictoria y Daphne se conocieron luego de un viaje al que también asistieron unos cuantos de sus amigos en común. A pesar de sus diferentes personalidades, lograron convertirse en amigas. Sin embargo, ambas ocultaban sus sentimientos haciéndolos ver...