C2 -Primer encuentro-

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En ese entonces yo estaba que podía morirme de la felicidad. Sentía algo muy fuerte por ella.
Finalmente llegó el día en que saldríamos, yo me aliste algunas horas antes al igual que ella.
-Espero que no se lleve una desepción al verme- pensaba yo un poco nervioso.
Ambos nos sentíamos emocionados; ¡Por fin nos veríamos en persona!
Llegó el momento, yo salí de mi casa, tome un transporte al lugar donde nos veríamos y espere un poco hasta que ella llegó, la vi bajar de aquel coche color blanco.
Ella se miraba muy hermosa; con un pantalón de mezclilla azul claro un poco roto, una camiseta con una raya azul, roja y blanca y tenis converse blancos estilo "Chuck Taylor".
No sabía que hacer, estaba muy nervioso y emocionado.
Me levanté, camine hacia ella y la abracé. Recuerdo que la solté un poco rápido por los nervios.
-Porque me dejas de abrazar- dijo ella con un tono chiple.
Rápidamente la volví a abrazar porque al hacerlo sentía paz, tranquilidad, me hacía pensar que con ella todo estaba bien, creo que descubrí un nuevo sentimiento.El haberme sentido feliz...
Tomamos un Uber para ir al cine, donde ambos habíamos quedado ir.
Entramos y nos dirigimos a comprar lo que comeríamos; Unas palomitas sabor takis, dos refrescos y unos nachos.
Caminamos hacia la sala de cine, ella tomándome por el brazo. Me sentía muy nervioso pero a la vez tranquilo, era una sensación muy extraña pero... Me gustaba.
Vimos una película de terror, pero ambos concordamos que no fue tanto de nuestro agrado.
Yo me moría por darle un beso. De vez en cuando volteaba a verla mientras ella miraba atenta la película. Se miraba hermosa, con su delineado y sus ojos color café al centro y verde al borde que resaltaban con la luz y los reflejos que daban la pantalla del cine.
Su sonrisa era adornada por unos brackets que le quedaban increíbles, al reir mostraba un poco de su encía, pero eso no me importaba, ella era muy hermosa.
Salimos de la sala y nos sentamos en unas bancas para charlar mientras llegaba su mamá a recogerla.
Estaba decidido a darle un beso pero me sentía muy nervioso.
-¿Puedo darte un beso?-Dije yo de una manera muy tímida.
Y ella respondió
-Claro, porque no?- Dijo Arlette.
Yo me quedé helado y hecho piedra. No sabía que hacer, de verdad me sentía muy nervioso. Dure algunos minutos pensando en si hacerlo o no mientras me miraba los tenis. Mis manos sudaban demasiado.
-¿Pero estás segura que quieres?-Pregunté yo.
Ella parecía estar nerviosa también.
-Si quiero. Te parece si cierras los ojos y a la cuenta de 3 lo hacemos?- Dijo Arlette
Duramos algunos minutos indecisos por el nerviosismo que sentíamos, hasta que ella de la nada me toma por los hombros y me da un beso.
Yo me sentía muy feliz, como nunca lo había estado. Ambos parecíamos estarlo.
Después de eso nos reímos y yo le dije
-¿Puedo hacerlo yo ahora?
Y ella dijo
-Si, hazlo- dijo riendo tímidamente
Entonces decidí hacerlo, le di un beso. Aunque ambos estábamos un poco incómodos ya que habia personas al rededor.
Decidimos pararnos y caminar hacia el balcón de la plaza.
Charlamos un rato hasta que llegó su mamá.
Ella me toma del brazo y corrimos bajo la lluvia hacia el coche de su madre.
Viéndome a los ojos dice.
-Ven con nosotros, mi mamá te llevará a tu casa.
Yo acepté aunque estaba nervioso porque nunca había tenido una conversación con su madre, menos de una manera tan precipitada.
Yo amablemente la saludé.
-Gracias por llevarme- Dije nervioso.
El ambiente se notaba un poco tenso y eso me hizo sentirme un poco incómodo, pero nada me podía quitar la felicidad que sentía en ese momento.
-Este sin duda fue el mejor día de mi vida- pensé yo.
Llegamos a mi casa, bajé del auto y un poco nervioso dije.
-¡Nos vemos luego Arlette!, hasta luego señora, gracias por traerme.
Después de eso llegué a mi casa, un poco mojado por la lluvia que estaba en ese momento.
Abrí la puerta, saludé a mi hermana y entré a mi cuarto.
Me puse a pensar en todas las cosas que habían pasado ese día mientras sonreía tontamente.
-Fue un gran día, aún no creo que me haya dado un beso - Pensé mientras sonreía.
Recibo un mensaje de ella diciendo que llegó a su casa. Abro el mensaje y contesto.
-Me da gusto, yo igual ya llegué a mi casa, muchas gracias por haber aceptado salir conmigo, me la pasé genial!. -le dije yo mientras sonreía al celular.
Ambos nos despedimos y nos fuimos a dormir.
Fue la primera noche que dormí feliz en toda mi vida.

Aún te amo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora