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Estaba ahí de nuevo. Era el mismo sueño sobre el accidente. Eran imágenes rápidas que pasaban por mi cabeza una tras otra. Una pequeña familia de tres abordando un avión, mi pequeño peluche amarillo tirado en el suelo, una turbina incendiándose, la cara aterrada de mi madre mientras le rogaba a mi padre que se quedara en el asiento junto a nosotras y luego todo se volvía negro.

Desperté gritando de nuevo. Con lágrimas en los ojos y sudor frío en la frente. Hice lo que siempre hacía cuando por las madrugadas me atacaba esa pesadilla que realmente era un recuerdo terrorífico.

Estiré mi mano para tomar mi teléfono del buró y marqué los mismos 10 dígitos que me sabía de memoria. Esperé, sonaron tres pitidos y entonces la persona del otro lado de la línea atendió.

-Escúchame, Gyeong-su, si es otra de tus estúpidas bromas a las dos de la madrugada, te asesinaré. -solté varias respiraciones agitadas; aún seguía llorando, por lo que se me escapó un sollozo- Oh no eres Gyeong-su. ¿Park? ¿Qué pasa, por qué estás llorando? -otro sollozo escapó de mi garganta, ni siquiera podía hablar, pero escuchar su voz siempre me reconfortaba, me devolvía a la realidad.

-Soñé con eso otra vez -no puedo decir más; estoy intentando regular mi respiración y del otro lado de la línea puedo oír un pequeño suspiro.

-Lo sé, pero estoy aquí. Somos tuy yo, fue un momento, un mal recuerdo, ¿sí? -me acurruqué sosteniendo el teléfono en mi oreja; por fin podía respirar mejor y mi mente comenzaba a despejarse.-Vamos, Park, me quedaré aquí hasta que te duermas. Si fuera por mí, sabes que saltaría por mi ventana para ir por ti justo ahora, pero mi padre me dio una última advertencia el mes pasado. ¿Me aceptarías si me botan de mi casa por desobedecer? -.

Y entre charlas nocturnas sin sentido y la voz pacífica de Cheong-San, me quedé dormida.

A la mañana siguiente me levanté a tiempo para poder arreglar mis cosas para el instituto

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A la mañana siguiente me levanté a tiempo para poder arreglar mis cosas para el instituto. Cheong-san pasaba por mí todas las mañanas para ir juntos a la escuela y hoy no era la excepción. Después de ducharme y ponerme el uniforme, me acerqué a el retrato que se encontraba sobre mi buró. En la imagen tenía 7 años, papá tenía su uniforme del ejército. Nunca había sido como tal un soldado, pero era oficial médico en las fuerzas armadas; mi madre era una cirujana muy reconocida y había sido enviada al campo militar de urgencia, ahí fue donde se conocieron, se enamoraron a primera vista. Se casaron unos años después y luego me tuvieron a mí. Y luego ocurrió el accidente y los perdí. He estado sola desde los 12 y realmente los extraño cada día de mi vida.

-Mamá, papá, ya me voy a la escuela, todo estará bien. Me esfuerzo cada día para entrar a la universidad de Seúl, recuerdas, mamá, seré médico cirujana como tú, los extraño mucho, pero lo estoy haciendo bien.-El timbre sonó indicando que era hora de irnos-Los amo, los veo en un rato. Corrí por el departamento para llegar a la puerta y al abrirla lo vi ahí, se veía tan fresco y encantador como siempre.

Love me, Save me <<Cheong-san>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora