Todo empezó aquel día,
En que estalló la melodía de mi alegría.
Fue una fantasía entre todo el universo y su entropía,
Como profecía se puso todo en orden, en una armonía.
Un soliloquio decía a diario:
No debes querer noviazgo,
Y ahora me surgió un adagio:
Quiero ser bueno, y un destino contigo trazarlo.
Este sentimiento era inaprensible,
El hecho era un dislate,
Ahora contigo soy invencible,
Y por siempre deseo adorarte.
El no hablarte me produce zozobra,
El resto del tiempo es superfluo, poco ameno,
No sabes lo que para mí todo esto engloba,
Un deseo extremo del que temo pongas freno a mi deseo.
Todo el universo contigo es idílico,
Lo matemático es artístico,
El uno es algo holístico,
Un cuento de hadas muy místico.
Mi cariño es irrestricto,
Aquí queda descrito y espero con ahínco,
Que mis sentimientos sean bien recibidos.
Y es que el sentimiento es verídico,
En mi interior es causa de un conflicto,
El quererte a pesar de las leyes conmigo hasta el infinito.
Compartir el espacio contigo es inefable,
El hablarte es para mí salutífero,
El solo recordarte es agradable,
Los momentos se hacen irrestrictos como efímeros.
Contigo llego a la ataraxia,
Una luz, de mí día eres el alba,
Eres más hermosa que todas las galaxias,
La estrella adorada que yo siempre esperaba.
Somos una diada de la fuerza,
Una narrativa que crea parsimonia etérea,
Si fuéramos pintura, la pintura más bella,
Si fuéramos escultura, una escultora épica griega.
Contigo todo es utopía,
Más amor que el de Platón a la filosofía,
Más adoración que la de Sagan a la astronomía,
Así es, esa es mi epifanía.
