El infierno...
Un lugar horrible y mas cuando estas condenado a una eternidad en él, pero yo no me quedaría. Iba a encontrar la forma de salir así me llevara años lograrlo.
Fui a lo mas profundo destruyendo a todos los que se cruzaban en mi camino. No dejé que nada me detuviera hasta que llegué al trono de Lucifer el cual al verme ante él se sorprendió y se burló de mi.
- Oh Jev... Tanto tiempo esperándote y al fin te tengo ante mi, dime ¿como fue que esto pasó? - preguntó con malicia -
- ¿Como salgo de aquí? - pregunté sin inmutarme e ignorando su pregunta-
- Poseyendo el cuerpo de algún caído que vaya a salir de acá - sonrió ampliamente - pero no es fácil debe ser en el momento preciso o te quedaras y podré torturarle durante toda la eternidad.
Claro, por eso me lo dijo sin rodeos. Lucifer me estaba esperando casi desde el primer momento en el que caí del cielo, porque siempre lograba destruir a sus lacayos o enviaba a caídos al infierno con mensajes de burla para él.
El tipo me odiaba como nadie mas lo hacia y el tenerme acá lo alegraba, pero el poderme torturar durante el resto de mis días definitivamente lo llevaba a un nivel superior a la excitación, lo que él no sabía era que mi motivación iba mas allá de su sentir.
Me retire sin mediar palabra alguna y cuando estaba por salir de su castillo bramó entre risas.
- ¡Una eternidad de torturas Jev, recuerda que aquí puedes sentir!
Continué mi camino sin mirarlo ni detenerme, debía llegar a la entrada antes de que todos se fueran.
- Sabia que cambiarias de parecer Patch - dijo Rixon al verme llegar.
Maldito idiota...
- No, idiota - <<¿Que era lo que había dicho Lucifer sobre el dolor? Ah si...>> me volví sobre mis talones y mi puño impactó contra su nariz en un desagradable "Crack", Rixon soltó un alarido de dolor y se llevó las manos al rostro - Esa fue por intentar matar a mi chica - solté mientras me adentraba en la multitud de caídos pero entonces una idea llegó.-
Me coloqué cerca de la entrada, detrás de una estalactita que me doblaba en tamaño. Si quería poseer a Rixon debía estar cerca para saber cuando seria el momento perfecto.
A los pocos minutos todo el ejercito de caídos empezó a marchar fuera del infierno en una marcha constante, se veían fuertes incluso mas fuertes de lo normal. Localicé a Rixon encabezando el último pelotón y en ese momento todo lo vi en cámara lenta, el leve temblor del suelo por las fuertes pisadas, los pies subiendo y bajando a la par y luego un pie dentro y otro fuera.
Abrí los ojos y continúe marchando cruce las puertas del infierno mientras Rixon luchaba por sacarme de su cuerpo, lo siguiente que sentí fue como un golpe y todo se puso negro.
Cuando pude recuperar mi cuerpo la guerra había terminado, el cementerio estaba lleno de cuerpos desmembrados de caídos y nefilims pero no se veía a nadie con vida. La desesperación me invadió y comencé a revisar los cuerpos mas parecidos al de ella, tuve que pasar de un pabellón a otro y cuando ya había maldecido una voz hizo que cada uno de mis músculos se paralizaran por unos segundos, me volví con cautela y al ver esos ojos y esas mirada que tan loco me volvían supe que ya todo había terminado.
Nora corrió hacia mi y escondió su rostro en mi cuello mientras lloraba.
- Que esto sea real. Que seas tú. No me dejes ir. No vuelvas a dejarme ir. Luché contra Dante. Lo maté, pero no pude salvar a Scott. Está muerto. El devilcraft ha desaparecido, pero le fallé a Scott.
