Capítulo O3

17.7K 1.2K 113
                                    

Sentía la mano de Yoongi en la parte baja de su espalda, tragando saliva, se removió en su asiento, su mente vagaba de un lado a otro.

«¡Dios!» pedía al cielo que alguien le ayudara.

Bueno, él se había metido solo en ese problema, por un lado Yoongi que le tomaba de la muñeca mientras le empujaba a su habitación. Apresuradamente se despidió de su padre y JaeJoong, cuando sus ojos llegaron a JiMin supo que al mayor no le gustaba nada que Yoongi le tenga apretado a su costado como enseñando a quién pertenecía.

JiMin no dijo nada, sólo subió y se encerró en su cuarto.

─Es hora de irnos a dormir, amor─. Susurró Yoongi contra su oído. Un rubor embargó su rostro, pero igualmente asintió. Dejándose guiar por la brusca mano del pálido, llegaron a su oscura habitación y tragó saliva.

Yoongi se desprendió de su camisa para seguidamente tirarse en la cama, doblar sus manos y colocarlas bajo su cabeza cerrando los ojos, el menor arqueó una ceja.

─¿Yoongi?─. Preguntó con voz cautelosa, el pelinegro abrió uno de sus ojos.

─¿Qué?─. Jungkook casi juró escucharlo pronunciar esas palabras en un gruñido─. ¿Pediste los consejos qué te dije?─. Cuestionó volviendo a cerrar los ojos, Jungkook se sentó en su cama observándole. ¿Le podía contar a Yoongi que lo hizo? Sí, pero no que los había puesto en práctica, Yoongi le ahogaría en su bañera de seguro.

─No─. Pronunció en un murmuro, el pelinegro resopló.

─Sabía que no lo harías─. Rodó por su costado dando la espalda a Jungkook. Jadeó al sentir un dolor en su corazón, Yoongi era tan distante y frío con él.

─¿Sabes? Es difícil pedir consejos sexuales─. Reprochó pero él le ignoró, enfureciéndole─. Tú sólo me ordenas, ni siquiera me estás escuchando─. Yoongi ondeó su mano a su dirección, Jungkook le tomó del hombro bruscamente, Yoongi no podía tratarle así y mucho menos en su propia casa. Yoongi gruñó al ser bruscamente volteado.

─¿Qué coño te pasa, Jungkook?─. Le gritó. Jungkook apretó los labios. Conteniéndose.

─Me tienes jodidamente harto, deja de ignorarme o... ─. Yoongi le interrumpió.

─¿O qué? ─. Desafío. Jungkook gritó interiormente.

─O terminamos.

Yoongi, este se echó a reír sin gracia.

─No te atreverías─. Dijo muy seguro─. Ni siquiera puedes estar sin mí veinticuatro horas, soy algo vital en tu vida, deja de ser inmaduro y perder tu tiempo. Sin experiencia no me sirves, si me quieres ¡busca experiencia! Y déjame dormir en paz─. Escupió hiriendo aún más al corazón de Jungkook.

Tomando sus palabras se paró y salió de la habitación dando un azote a la puerta. Recostándose por ella, suspiró y exhaló, sus ojos estaban completamente vidriosos.

¿Tan inútil era? Bueno, su propio novio, el chico que juró amarle se lo aclaró. Qué otra prueba querría.

Escuchando música en el fondo del pasillo volvió su cabeza hacia aquella dirección. Era el cuarto de JiMin. Acercándose aun más, su juicio se iba nublando por una niebla roja, estaba tan enojado con Yoongi que le daría una lección.

Jungkook sólo seguía sus órdenes después de todo.

Se quedó parado delante de la puerta de JiMin que hasta donde sabía era su consejero sentimental y sexual, subiendo los nudillos golpeó la puerta impaciente, unos pasos se escucharon y la hermosa voz de HongKi* sólo parecía susurrar la canción.

el amigo de papi › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora