UNO

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Recomendación:
i. retributor - lee nyeom, park sejun
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SEÚL, COREA DEL SUR

Hyunjin

     El Plaza Geumga se alzó ante nosotros, como una figura fantasmal inestable, acompañada de carteles viejos, vidrios sucios y líneas oscuras que amenazaban con deformar su estructura. Dos mangas de vidrio contactaban el edificio con él. Adquisiciones que no combinaban con el estado del lugar pero que eran bienvenidas. Los colores de los carteles resplandecían bajo las luces tenues de los faroles cercanos y el letrero con el nombre del mismo, que se sostenía bajo la luna, se veía tan apagado como el movimiento del lugar.

     Vincenzo se paró, obteniendo una vista perfecta y como era habitual, detrás de sus facciones rígidas, su mente susurraba sus palabras imperceptibles.

«Mi objetivo es destruir este edificio.»

ROMA, ITALIA72 horas antes

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ROMA, ITALIA
72 horas antes

     Me desperté mucho tiempo después de Vincenzo, como siempre. Mi cuerpo completamente relajado y desconocido, tibio después de una noche persistente de sueño liviano. Mi mente estaba despierta, me obligaba a moverme hacia a la cocina, el baño y el ropero como si gritos brotaran de la pared, llamándome. Parpadeé con demasiada lentitud, sabía que tenía poco tiempo para irme, pero me había perdido en ese segundo apacible entre los remanentes del sueño y los primeros vestigios del despabilo, en las que no pude hacer otra cosa más que mirar las puertas abiertas del ropero por minutos interminables buscando el uniforme y a la vez no. Pero seguía estando esa voz que me decía que era tarde para salir, y que no iba a a llegar. Di un paso hacia atrás cuando tuve la noción de que había cerrado los ojos.
     Qué manera de comenzar el día.

     —Qué manera de dormir —habló con un tono neutral, o eso interpreté, aún me aferraba al sueño. Su figura familiar se asomó por la puerta, casi listo para salir. Lo primero que noté fue extensión delgada oculta bajo un negro deleitoso, resaltaba la palidez de su piel que parecía mimetizarse con la luz del sol naciente que entraba por la ventana. Podría haber echo un chiste con eso, pero tenía que aclarar que yo era hasta más pálido que él. Me fue difícil sacarle la mirada al traje, completamente negro, acentuando en todos los lugares correctos, hacinando un trabajo extraordinario donde comenzaba su piel; la forma en la que brillaba luminiscente como el reloj ostentoso que llevaba en su muñeca me hizo quererlo más.

     Vincenzo levantó la cejas esperando que hablara—. ¿Necesitas algo?

     —Ese traje.

𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐀 𝐅𝐋𝐀𝐌𝐄. ─ hwang hyunjin [VINCENZO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora