Capitulo 1

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Estaba en mi cuarto mirando al techo pensando en todo el desastre que tal vez sería mi vida ahora. Desde que decidí aceptar ser parte del DEDF sabía que esto tendría muchas consecuencias las cuales para nada me gustarían. Cómo por ejemplo tener que dejar atrás toda mi vida y convertirme en otra persona para poder llevar todo en orden. Pero también amaba esto, me encanta la adrenalina, me encantaba este trabajo y era difícil. Era como estar entre la espada y la pared ya que yo no quería dejar a Anni y David (mis mejores amigos) atrás.

—Hija ya estamos listos, te esperamos en el coche—. Grito mi madre desde la planta de abajo, resoplando y con las manos temblando por los nervios tome mis dos maletas una rosa y otra fucsia más mi bolso y bajé las escaleras, estaba demasiado pálida del miedo a cagarlo todo.

Al llegar al garaje estaban mi mamá con su hermosa sonrisa y toda arreglada como siempre mientras papá con la cara de odio de costumbre.

—¿Estas bien?— pregunto mi madre con preocupación, así estaría de pálida, pero para no preocuparla asentí.

—Suban al coche, no tengo todo el día—. Ordeno de mal humor mi padre, cuando se dio la vuelta voltee los ojos, era algo molesta su actitud.

Mientras íbamos de caminó, unas lágrimas salieron por mis ojos mientras íbamos en silencio, como siempre que salía con mis padres.

Luego de unos minutos por fin entramos a la ciudad.

Syslan.

—Mucho cuidado Eileen con arruinar esto ¿Sabes?— amenazó mi padre cuando se empezó a ver la gran cancha de fútbol y cartel de The Syslan institute.

—Ya sé, ya sé, se cuan importante para ti este estúpido caso—Dije de manera agresiva, haciendo que mi padre frenará el coche y apretará lo puños en el volante.

—No vayan a empezar que parecen niños pequeños—. Advirtió mi madre de manera cansada.

—Lo es para ti, yo pude poner otra persona — Contraatacó, haciendo que un fuerte dolor en mi pecho se instalará, dolía que no confiara en su propia hija, ósea yo. Pero como el mismo me dijo una vez, nunca le muestres tu debilidad, tu punto débil eso que te afecta a nadie. Así que lo que hice fue hacer una seña de que le rentaba importancia a lo que dijo y abrí la puerta del coche para bajarme ya que estábamos en el portón principal.

—Que lastima que no confíes en tu propia hija—. Me terminé de bajar del coche y le di un fuerte portazo, me dirigí al maletero y minutos después mis creadores estaban al lado mío.

Enojada baje las maletas del carro de mi padre mi mamá se ofreció ayudarme con un poco de entusiasmos en su voz, como si ignora la verdadera razón del porqué estaba acá, a mi el porque no me daba nada de entusiasmo al contrario me ponía los pelos de punta, (como dije antes) estaba tomando un gran compromiso del cual no quiero que nadie salga decepcionado de mí.

Tal vez tuve que escoger otro…

—Si arrancas la puerta del coche la pagas con los ahorros que tienes— Me amenazó mi padre por décima vez en el día dándome mi bolso el cual había olvidado adentro también interrumpió mis pensamientos.

—Mucha suerte hija, te amo muchísimo—, Dijo mi mamá acercándose a mi para darme un beso en la frente y un fuerte abrazo— Te extrañaré mucho— Murmuró en mi oído, siendo interrumpida por un fuerte suspiro de mi padre, a veces podía llegar a caer mal, mi mamá se separó de mí, dio una sonrisa triste y se encaminó a la puerta del copiloto y se subió, por mi parte le di una última mirada a mi padre el cuál tenía una mirada que reconocía muy bien y está decía “daña esto y verás” se dio la vuelta sin decir una sola palabra y también se subió al coche, me quedé plantada ahí mirando la camioneta alejarse cuando desapareció del todo al cruzar la esquina me gire para mirar el que sería “mi nuevo instituto” las manos me empezaron a temblar y por costumbre fueron directamente al collar que tenía en mi cuello, con mi inicial. Para moverlos nerviosamente, la verdad no estaba lista para esto, pero acá estamos. No hay vuelta atrás.

¿Quién es el asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora