Relato muerto

47 5 2
                                    

ʕ☠︎︎ʔ

Los días para ella parecían monótonos y aburridos.

Siempre hacia lo mismo todos los días todas las horas y todos lo meses durante los años. Claro que apreciaba a sus amigos y familia, pero incluso eso era igual. Se concentró en su trabajo principalmente, las nuevas relaciones sociales no eran su prioridad en sus momentos de estudio y trabajo.

Sin embargo, cuando pasaba por el cementerio, un su pecho se oprimía de la angustia, como si olvidara hacer algo importante en aquel solitario y frio lugar. Una vez lo intento, y con la mirada buscaba al menos una tumba, tenía la idea de que si solo observaba encontrara aquello que la haría quitarse ese dolor encima, que la haría sentir m as ligera.

Empezó como algo insignificante, que con el paso de los días de volvió algo primordial para su dio; las mismas tumbas, los mismos nombres, las mismas construcciones, empezaba a creer que se estaba aprendiendo de memoria cada que se adentraba al cementerio. Pero, aun así, no encontraba aquello que hiciera que su confianza calamara

Empezó a cuestionarse si tenía algo pendiente con un familiar fallecido (aunque a la mayoría ni los conoció y a los otros no los recuerda). Con curiosidad, miraba aquellos álbumes de fotos tratando recordad, como si quisiera que las fotos le contasen sobre aquellos fallecidos y, aun así, no se sentía ni cerca de la respuesta.

Un día nuevo y gris hizo que su animo estuviera bajo, se sentía cansada emocionalmente, casi no comía y tenía demasiado sueño que solo quería quedarse en cama, pero aun así se levanto para poder continuar con el día.

- Astrid por dios, ¡literalmente tienes ojeras en las ojeras! - exclamo con angustia su amiga pelinegra.

- El gato del vecino no me ha dejado dormir, además de que estar demasiadas horas en la computadora me han estado afectando - dijo como excusa mientras sacaba una botella de su bolso he ingería mas de la cantidad de pastillas recetadas. Su amiga la miro de reojo y se alarmo al ver lo que estaba consumiendo, Astrid pensaba que ella se preocupaba demasiado y era dramática.

- ¡Lo estas volviendo a hacer! - grito quitándole el frasco de las manos mientras Astrid protestaba por el arrebato - ¿Hace cuanto que las tomas mas de lo que te dijo el doctor? - le cuestiono, Astrid solo bajo la mirada, pero no la cabeza. - Responde.

Su cabeza solo estaba dando vueltas, tenía ganas de llorar, de gritar, de golpearla.

- ¡Cállate ¿quieres?! - le arrebato las pastillas - no entiendes nada

Ella abrió la boca de la impresión, pero hizo una mueca de desagrado.

- A mi no me vengas a gritas - señalo - ahora, tomaras el resto del día e iras a tu casa a descansar y a poner en orden toda tu mierda.

Astrid resoplo, pero no se quejó más - de acuerdo - fue lo único que dijo.

- Solo ve a dormir ¿quieres? - pidió saliendo de la oficina.

Cuando llego a su casa, fue directamente a la cama; el hambre se le había esfumado y no sabia que mas hacer, normalmente salía tarde del trabajo y en esta ocasión se sentía extraña.

- No puedo hacer esto - se dijo mentalmente. Se sentó en la cama mirando las sábanas grises de la cama.

- ¿Enserio no parezco bien? - se cuestionó. Apretó las sabanas en hasta que sus nudillos se tornaron blancos. Suspiro y entro al baño, abriendo el pequeño mueble sacando otro botecito de pastillas y tomaba mas de tres. Eso la tranquilizo un poco, pero se sentía inquieta, se miro al espejo con detenimiento; sus ojos cansados y con ojeras muy oscuras, su cabello se veía opaco y quebrado, se asusto al ver esa imagen de sí misma, realmente había cambiado, pero no sabía que aquel cambio le estaba haciendo daño, aunque en el fondo no quería cambiar, se había sentido así desde hace tiempo que se había acostumbrado a ese sentimiento, era como su hogar.

Heather tenia razón.

.

De nuevo estaba en el cementerio, con un ramo de flores naranjas y moradas. Se detuvo enfrente de aquella tumba que tanto había buscado.

La misma sensación de las veces pasadas le decían inertemente que regresara, que aquella búsqueda aún no había terminado. Sus pies la habían arrastrado hasta ahí.

Fue cuando se desplomo, fue cuando entendió el porque el sentimiento de soledad estaba presente a pesar de tener personas que realmente la querían.

- Necesitas ayuda - le dijo con calma el castaño.

- Estoy bien - se cruzo de brazos sin mirarlo a los ojos ¿Ya se habría enterado?

- Y se lo que esta pasando contigo - Astrid levanto la mirada - Estuve buscando una pastilla para el dolor de cabeza, y encontré tu provisión, así que me dediqué a buscar por toda la casa y encontré varios frascos medio llenos y vacíos - saco una bolsa con todas ellas - ¿Cuántas de estas te tomas al día?

- Esas son mías - intento quitársela de las manos, pero él fue más rápido y las aparto - dámelas por favor

- ¿Es por lo de hace días? - le cuestionó y su silencio fue la respuesta que le dijo todo - ¡Por qué! Si te dije que nada de eso era tu culpa

- Eso no te importa.

- Me importa si se trata de mi novia - Astrid quería quitarle las pastillas, pero el hecho de que el fuera mas alto que ella le hacía difícil la tarea.

- ¡Ya dámelas! - en un intento por recuperarlas, alzo su mano y le dio una fuerte bofetada. Se tapo la boca de la impresión y vio como la mano que sostenía las pastillas la llevaba a la su mejilla. Se estaba tornando roja y le ardía, ambos se miraron sorprendidos por lo que acaba de pasar, el solo la miro con decepción, cosa que hizo que el pecho de Astrid se perforara de dolor, tomo las llaves y estaba a punto de irse.

- Hipo no - susurro con desesperación al mismo tiempo que tiraba de su brazo.

- Busca ayuda, o no, ya no me importa - salió cerrando la puerta con fuerza.

Después de eso, solo breves flashback se quedaron en su mente, ella llorando en el piso con desesperación, una llamada del hospital, el tapado con una sabana

El funeral

Todo lo que hacía era castigarse, por su culpa perdió a las dos razones de su felicidad y eso le atormentaba, tanto fue que su mente se encargo de borrar eso y recrear nuevas versiones de ese día, pero muy en el fondo sabia que no era real, aquella sensación le pedía agritos para ver eso y que sepa la verdadera razón por la cual sus días se sentían así.

Pero ahora ¿Qué se supone que haga? ¿Cómo arreglas algo que haz hecho mal tanto tiempo que es tan normal para ti? ¿Cómo salvas a alguien que no quiere ser salvado?

.

wenas

se que estuve desaparecida un tiempo pero tuve unos pedillos xd pero ya estoy aquí recobrando la armonía que se me va ir en poco tiempo.

Pero x ¿Qué les pareció? honestamente no tenia ni puta idea de lo que escribía pero salió esto

chau besos en el ano.

Parte uno de la serie de: Relatos para que Nari_Miss_Noir deje de sentirse como la mierda o antes de que huya del estado, lo que pase primero.

Relato muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora