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──¿A dónde vas? ── El castaño entró a su habitación, sin tocar, y con las manos cruzadas sobre su pecho.
Daniel tenía la mala costumbre de tomarse varias libertades con su espacio personal. Sabía que pasaron años separados y que él únicamente quería formar lazos, pero invadir su hogar no era algo que Johnny pueda considerar lindo.
Se encogió de hombros. ──Por ahí, ya sabes. Veré a donde vamos. ── Terminaba de ponerse la chaqueta, lo único distinto en su jean nuevo negro y su camisa roja, pero su abrigo de cuero jamás se lo arrancarán del cuerpo.
Su hermano menor frunció el ceño. ──¿Cuándo volverás?
──Todavía no sé.
Suspiró dramáticamente. ──¿Me vas a abandonar?
──Dan, eres un hombre adulto, te puedes cuidar bien tú solo. ── Agarró su billetera y las llaves de su moto. ──No traigas más de dos amigos, si van a consumir algo, háganlo en el balcón o el baño, no te tomes mis cervezas y hay comida de sobra en la heladera. Solo si el infierno se congela puedes llamarme.
──¿Con quién vas a salir?
──... Marc. ── Se resignó a contestar una de las preguntas qué Ketch le hacía. Blaze no es un hombre de paciencia y el castaño lo sabe.
──¡Realmente me estás abandonando y por el tipo de la luna! ── Para tener veintetantos años, Danny era un niño con cuerpo grande y hombros ganchos.
Rodó los ojos. ──Entonces, soy más parecido a mamá de lo que pensaba.
...
Había llegado al punto donde se verían, una de esas estaciones de servicio donde sirven desayuno y comida, en medio del desierto. Para más privacidad.
Entró y se sentó en una de las mesas más alejadas, al lado de la ventana. Porque quería ver si su acompañante venía realmente, estaba nervioso, sabía que era bi pero jamás salió con un hombre y menos uno que, además, era compañero suyo de equipo, volando la silenciosa regla de:
"No salgan entre ustedes porque si rompen todo será incómodo como la mierda" (palabras dulces de Blade, recibiendo aplausos por parte de Hermano Vudú).
Hasta que alguien de atrás le tapó los ojos. ──Adivina quién eeeessss.
──Mmh. ── Fingió pensarlo. ──Espero que sea Bruce Banner, tiene buen trasero.
Le golpeó la nuca. ──En tus sueños Banner te daría la hora, no se fija en chicos con tus pintas. ── Se sentó frente suyo, obviamente también iba de civil, ya llamarían la atención con el cráneo con llamas y un ridículo traje blanco con relación a la luna.
