Capitulo Tres: Como un libro abierto

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Nota: Para no perder un poco la esencia de la escritora de Crepúsculo, creí que seria bueno tomar algunos de sus diálogos y escritos.

Los que habéis leído los libros se darán cuenta. Por supuesto serán muy pocas partes, es solo para tratar de seguir lo que paso en la primera parte.

Un error mío fue que en realidad es clase de Biología no de Química.

- Punto de vista Jacob-

Todos los días miraba la puerta de la cafetería sin razón aparente hasta que los Cullen entraban sin él. Solo entonces me ponía a pensar si cuando estuve junto a el había hecho algo malo.

Después de una semana ausente, durante mis primeras clases antes del almuerzo había escuchado que Edward Cullen finalmente había aparecido.

Era viernes así que ya en una semana me había mentalizado que tal vez se cambio de clase o no vendría más. Según Embry había oído el rumor que después de estar con el había ido a pedir un cambio de horario.

Creí que había conseguido cambiar de horario ya que cuando llegue a la clase de Química mi mesa aun se encontraba vacía. Me sentí una pisca desilusionado, ¿Por qué?, porque un chico inteligente como él pudo haber hecho que mis notas sean buenas en estas clase en la que era súper malísimo.

El profesor Banner estaba repartiendo un microscopio y una cajita de diapositivas por mesa. Aún quedaban unos minutos antes de que empezara la clase y el aula era un hervidero de conversaciones. Dibujé unos garabatos de forma distraída en la tapa de mi cuaderno. Oí con claridad cómo se movía la silla contigua, pero continué mirando mi dibujo.

- Hola —dijo una voz tranquila y musical.

Me sorprendió un poquito que me hablara, se había sentado lo más lejos posible de mí. Aunque su rostro era amable y franco, con una leve sonrisa en sus labias, sus ojos me miraban con recelo.

- Me llamo Edward Cullen – continuo – no tuve oportunidad de presentarme la semana pasada, tú debes ser Jacob Black.

El era confuso a decir verdad, había pasado una semana pensando si había hecho algo para que no quisiera ser mi compañero de la clase de Química y ahora aparecía todo deslumbrante como si nada hubiera pasado.

Realmente tenía ganas de darle un golpe a él y a mí por todas las especulaciones que había armado en mi cabeza.

Antes de que pudiera responderle, el profesor empezó a explicar de qué trataría la clase. Teníamos que trabajar en pareja para identificar las fases de la mitosis en cada diapositiva y clasificarlas sin ayuda de los libros.

Para mi suerte trabajamos en silencio, mirando todas las diapositivas y anotando en mi cuaderno.

Aunque esperaba que no tomara a mal mi silencio, mis amigos a veces decían que callado podría ser peligroso pero no entendía por qué.

- No estabas – solté de la nada.

- Es que – empezó diciendo - estuve fuera por un par de días, por razones personales.

Me sentí raro después de que me respondió, me hizo sentir como si fuera una novia celosa.

Queria preguntar si estaba bien el o alguien de su familia pero ya me sentía muy entrometido.

Los minutos corrieron y el profesor nos dejo ir antes por un trabajo bien hecho.

Edward había mentido acerca de que pude identificar dos de cinco.

Estando fuera le pregunte porque había mentido por mí y solo me contesto:

- Parecía que necesitabas ayuda – fue lo único que dijo con una sonrisa de galán.

Suspire y le di las gracias.

Empezamos a hablar de cosas triviales, hasta que los pacillos se empezaron a llenar.

Era agradable conversar con Edward, siempre tenía una respuesta para todo.

Eso hacía que mis dudas hacia porque no le agradaba a los de la reserva.

Antes de separarnos me di cuenta que sus ojos habían cambiado, no tenían el mismo color negro de la primera vez que lo vi sino que eran de un tono dorado.

Suspiré, sin saber que decir.

— ¿Te molesto? —preguntó. Parecía divertido. Le miré sin pensar y otra vez le dije la verdad.

—No exactamente. Estoy más molesto conmigo. Es fácil ver lo que pienso. Mis amigos dicen que soy un libro abierto a veces - Fruncí el ceño.

—Nada de eso, me cuesta leerte el pensamiento.

—Ah, será que eres un buen lector de mentes —contesté.

—Por lo general, sí —exhibió unos dientes perfectos y blancos al sonreír.

Reí entre dientes y luego él solo se fue.

Hope - Edward x JacobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora