῾ 𝑼𝒏𝒐 ީ

857 62 3
                                    

Mi pequeño, lindo, niño, llorón. Hay muchos términos para intentar describirte.

Has cambiado. No te gusta que te vean como el niño de antes. Te gusta crecer. Te gusta que te miren.

Ya no eres un niño, has crecido. Ahora fumas imitando a papá. Ahora mientes igual que él.

Espero que no me odies por decirte esto, pero, ¿quieres saber algo? Me sigues pareciendo igual de estúpido. A mi no me logras engañar.

¿Crees que soy como los demás? ¿Crees que puedes manipularme como lo hacías con ellos?

Joder, si sonrió mientras te doy toda la razón es solo porque hay gente delante, cariño. ¿Qué esperabas? Por dentro, me estoy aguantando las ganas de abofetearte esa bonita cara.

Lo tuyo no es hablar, no deberías hacerlo. Solo dices gilipolleces. Es mejor que la mantengas cerrada.

"Pensaba que te gustaba bien abierta."

Oh, vaya. Te lo estás ganando a pulso.

Esta bien. Me gustan estos juegos. Me excitan, de hecho. Pero eso tú ya lo sabes, por eso has empezado, ¿no?

Llevas toda la noche provocándome. Y ahora que ya no hay gente al rededor, mientras caminamos hacia el coche, en aquel oscuro aparcamiento, me siento libre de por fin darte una lesión.

Tú me lo has pedido. Me lo has estado rogando. Tú solito te lo has buscado.

Aunque...

Hmm, pensándolo mejor, no me apetece. Estoy cansado. Solo tengo ganas de ir casa, hacerte el amor y darme una ducha.

Aún así, no estamos pensado igual. Cuando te quedas mirándome de forma quisquillosa, sé que hay una cosa que te estás guardando.

¿Quieres decirme algo? Estoy abierto a todo. Te escucharé. Dime, ¿qué quieres?

"Quiero golpearte."

¡Vaya! ¿Es eso? ¿De verdad? Muy bien. Si es eso lo que quieres, pondré la mejilla. Así de fácil, sin trucos. Adelante, hazlo, te reto.

Hazlo y observa qué pasa.

He de decir, que no te lo pensaste mucho. En el momento en el que tu palma cae sobre mi mejilla, tan fuerte, tan rápida, tan dolorosamente fascinante, no puedo evitar sonreír de satisfacción.

Guau, pequeña cosita.

Ha dolido. En serio, ¡guau! Creo que puedo notar el rostro quemando. Seguro que lo habrás dejado rojo. Apuesto a que sí.

Probablemente sientas un picor en la mano. ¿Sabes por qué? Porque me has pegado, bebé.

Me has pegado en la cara. Te atreviste. Y parece que ahora te arrepientes. Haces bien. Haces muy bien, pequeño.

Témeme. Arrodíllate y suplica por tu vida.

Eso es lo que mejor se te da: llorar desconsoladamente.

¡Maldita sea! Se te da tan bien que incluso has conseguido que sienta un poco de remordimiento por ti.

Tendré piedad, te lo prometo.

Sabes que siempre te doy a elegir. No soy un monstruo. Así que dime, ¿quieres que te destroce en el coche, o prefieres esperar hasta que lleguemos a casa?

Soy paciente, no me será un problema aguantar con la polla dura. 

Pero si de algo debes estar seguro, es que no saldrás vivo de mí.

Escúchame bien, SeungMin, tú me elegiste. Me invitaste a entrar en tu casa, ahora invítame a entrar entre tus piernas.

𝑎𝑐𝑡.𝟹 𝐠𝐮𝐥𝐥𝐢𝐛𝐥𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora