῾ 𝑪𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 ީ

409 47 2
                                    

Hace un par de días cumplimos un mes de relación.

Lucías tan entusiasmado, parecías estar esperando por ello con mucha ilusión. Hasta lograste convencerme para celebrarlo a lo grande.

Tomó trabajo bajarte de esa nube.

Recuerdo que a nuestra primera cita te traje flores. Lo hice también a la segunda y a la tercera igual.

Te hacía el amor como tanto te gustaba, con besos y caricias. Esa vez me pediste que lo hiciera de la misma forma.

Admito que follar en casa de tus padres ya me parece monótono; bastante aburrido. Aunque conseguiste que tuviéramos la casa a solas, la verdad es que no me apetecía nada. 

De todos modos, ya te he dicho que no soy un monstruo. Te quiero. 

"Channie... "

Ah, claro, pero eso no significa que no haya límites.

"No me llames así." Dije, abrochándome los pantalones.

Habíamos terminado de hacerlo, dejé que me abrazaras; te dejé hacer cualquier cosa, para que después llegues y me soltarás aquella estupidez. ¿De verdad, SeungMin?

"¿Entonces, cómo quieres que te llame?"

"Chan. Sin apodos. No somos de esas parejas que se ponen nombres cursis."

"No somos de ningún tipo de pareja."

¿Y? ¿Es ese mi problema? No haber sido una puta y no tendría que avergonzarme de ti por tenerte de novio.

"¡Imbécil! Te odio". ¿Ah, de verdad? Bueno, ya sabes lo que dicen; del odio al amor solo hay un paso. "Eres igual que los demás. Igual de insensible e idiota."

Ya. Hmm... Me importa una mierda. Créeme, tu aprobación es lo último que me interesa.

No necesito nada de ti, pero tú de mí, más de lo que imaginas.

He venido hasta aquí, he obedecido a cada uno de tus deseos, te he follado; ya he cumplido con mi deber. Cierra la boca y cállate.

Aguanto muchas cosas de ti, y que desvíes la mirada no es una de ellas. Lo sabes perfectamente. Así que no me vengas con tus lloriqueos y victimización.

Al momento de aventarte la primera bofetada de la noche antes de tomarte fuerte de la mandíbula, clavándote los dedos en la cara, tú sobresaltándote, aunque sin hacer el esfuerzo de apartarme.

Solo te quedas allí, afrontando tu error; la realidad.

"¡Vuelve a ponerme los ojos en blanco y te juro por Dios que la próxima no será en tu jodida y rechoncha mejilla!"

Eso. Así me gusta.

Asústate. Mírame con esos ojos de corderito. Sé la presa más linda y seductora que haya visto.

Ahora, escúchame. No me vuelvas a llamar de esa forma, SeungMin. ¿Te ha quedado claro?

"Dijiste que no lo volverías a hacer." Tu mano trató de calmar el dolor, pero frotar contra tu mejilla hizo revivir el golpe. Y tus ojos a punto de estallar fue suficiente para bajar la mirada y tragarte el llanto.

"Eres un niño muy problemático, SeungMin."

A veces eres imposible de manejar. Respeta lo que tu mayor te dice y punto.

Oh, por favor. ¿Vas a llorar?

¡Joder! No, no, no. Estoy harto de esto. A la mierda la cita. A la mierda tú y tus malditos problemas con los que no me debo responsabilizar.

Se acabó. ¿Me oyes? Terminamos.

"¡N-No! Lo siento. Chan, por favor. No volveré a hacerlo. Tienes razón, ha sido culpa mía."

¿Lo ves? Ya estás aprendiendo. Un par de lecciones más y ya no tendré que preocuparme por ti.

Tranquilo, mi niño. Solo bromeaba. No llores más. Todavía te quiero.

𝑎𝑐𝑡.𝟹 𝐠𝐮𝐥𝐥𝐢𝐛𝐥𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora