Todos miraron atentos los pasos imponentes del Uchiha quien se dirigía a la oficina del jefe del departamento. Tan pronto Sasuke se perdió en los pasillos los cuchicheos empezaron como sonidos zumbadores de insectos.
La oficial y secretaria del jefe Uchiha, quiso detenerle, pero fue en vano.
-El jefe está en una importante reunión detective Uchiha y pidió no ser interrumpido -La castaña intento seguirle inútilmente.
Sasuke le ignoro al igual que a los demás empleados de la estación y se dirigió a la puerta de su antiguo jefe. Las únicas dos personas en el lugar voltearon al sentir la presencia de alguien en la habitación.
-Sarada, Largo -ordeno a su hija para enfrentar a su superior.
La chica siguió sentada viéndole fijo -Que no me oyes, obedéceme y sal de aquí.
-Ya no eres su superior ex detective, Uchiha - dijo Uchiha Obito quien ni se inmutó con la sombría presencia de su sobrino.
-No le hablo como su superior le hablo como su padre -Sarada tembló un poco al oír la rudeza con que salían las palabras de su padre hacía su tío.
Le sorprende lo rápido que su padre se enteró que la habían convocado para esa misión, de seguro su tío Itachi le había informado, lo que no le sorprende es lo enojado que está.
- ¿A qué has venido, Sasuke? -Obito le miró tranquilamente -Pensé que cuando renunciaste no te atreverías a pisar está oficina.
Sasuke apretó uno de sus puños, conteniendo su ira lo más que podía. ̅─Sarada no hará esa misión.
-Si, la haré -hablo la chica quien no había pronunciado palabra hasta el momento -Estoy lista para esto.
-Estupideces -sentencio su padre -Claro, te han entregado un libreto emocionante. ¡Despierta! Esto no es una estúpida película de detectives, es la puta vida real y Kara son criminales crueles -Sarada tembló ante los gritos de su padre.
-Y tú, veo que sigues siendo el mismo jefe mediocre mandando a sus subordinados a una muerte segura -Obito cerró la carpeta que leía.
Sarada estaba nerviosa, nunca había estado en medio de una discusión en la que su padre le estuviera gritando a su tío. Si había escuchado por Shisui que su padre no mostraba respeto a Obito, pero vivirlo en primera fila no tenía igual.
-Sarada déjanos solos - la chica se levantó de resorte y salió sin mirar a su padre a los ojos, pero si pudo sentir su mirada furiosa en ella.
-Como te atreves a ofrecerle ese trabajo? -una vez solos Sasuke no dudo en acercarse a su tío -Sabes bien que no está lista para esto.
-Sarada es la indicada, al estar toda su vida en el extranjero es poco probable que sepan de su existencia.
-y por qué crees que la mantuve alejada de toda esta mierda? Ella no hará esto y fin del asunto -le amenazó señalando lo con su dedo índice y se volteó dispuesto a salir.
-Me temo que tú no decides esto, Sas, -Obito rio provocando más a Sasuke -Sarada es un agente, ya he arreglado lo de la jurisdicción y ella ya ha aceptado.
Sasuke aún dándole la espalda, apretó su mano lastimada e hizo una mueca de dolor.
-pensaba pedirte que participaras levemente en esta misión, tú al igual que yo conoces los movimientos de Kara, me serviría mucho tenerte de apoyo, bueno nos serviría -continúo hablando Obito refriéndose a Sarada.
-Si decidiera ayudarte solo sería para sabotearte -dijo con desprecio el Uchiha menor y dio un paso más para salir de la oficina de su tío.
─ ¿y poner en peligro la vida de tu hija? -otra risita irónica se le escapó a Obito.
Ya Sasuke no se contuvo más y acortó la distancia en tres pasos y le tomo del saco con brusquedad. El Uchiha mayor de unos cincuenta y tantos le miró con soberbia, sabía que su sobrino no se atrevería a golpearlo, no era tan imbécil como para darle motivo de encerrar su necedad unos meses en prisión.
-Si, le pasa algo a mi hija, te juro que te mato - Amenazó con sus ojos llenos de ira, Amenaza que haría cagarse a cualquiera.
Le soltó y salió dando un portazo.
-Ay estos niños, criar con castigos y criar con nalgadas moldean diferente educación -dijo Obito con burla de que Sasuke fue muy mimado por su hermano.
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Dos camionetas negras mercedes-benz entraron a la bodega de un viejo edificio, donde unos sujetos ya esperaban a que llegaran. Al llegar al lugar una mujer rubia bajo de una de las camionetas siendo seguida por Boro, Code, Kawaki y Kashin. Todos vestían trajes negros a excepción de la rubia quien usaba un ajustado y corto vestido rojo.
― ¿Dónde está Jigen? Hemos hecho negocios con él, no contigo, sin ofender preciosa ― Uno de los Sujetos se había acercado a la rubia que sonreía con arrogancia.
―lo sé, Jigen no pudo asistir, se le presento otro asunto, pero yo soy su mano derecha, la izquierda, sus ojos, su oído y su boca, así que no tienes que tener problemas es como si el estuviera aquí ― dijo Delta mientras movia su pie impaciente creando ese sonido que sacaba de quicio a los demás.
― ¿Oíste, Kawaki? Nos acaba de confirmar que si es su puta ― Code le susurro a su compañero y este solo rodo los ojos.
Obvio que lo era, pero eso no era su asunto.
―En ese caso, ¿has traído mi mercancía? ― aquel hombre vestía un elegante traje costoso y fino, altamente resguardado por seis hombres.
La rubia le hizo una seña con su mano para que le siguiera, ambos caminaron hacia una de las mercedes-Benz donde la rubia le mostro un maletín. El maletín estaba perfectamente ordenado con varias bolsas de un polvo rosado. La sustancia era una nueva droga que estaba causando furor entre los traficantes ya que era de efecto rápido, prolongado y lo que más había llamado la atención es que era indetectable en analítica de orina o sangre. Su efecto era en cuestión de minutos. los jóvenes entre 14-26 años eran los principales consumidores, en cuanto al precio no era nada barata, y tampoco muy accesible como que la podrías conseguir en cualquier callejón, una sola toma costaba entre $100 y $150 y solo era vendida por dos personas en la ciudad.
―Creí que las traerías ya comprimidas ― el hombre cerro el maletín una vez comprobó que todo estaba en orden.
― Eso te saldría por un poco más, ya lo sabes. ―Dijo la mujer cansada ya de estar soportando aquel hombre ― ¿Dónde está el dinero?
El hombre quien era más bajo que la rubia hizo una seña para que uno de sus hombres trajera el dinero acordado. La rubia abrió el maletín y lo volvió a cerrar.
Sonrió de lado ― una vez más, un placer hacer negocios contigo Izawa.
-Lo mismo digo, hermosa - menciono el hombre sonriendo de lado.
La rubia le hizo seña a sus hombres que la siguieran, Kashin y Kawaki subieron a una de las camionetas, mientras que los demás subieron a la otra y arrancaron saliendo de aquella bodega.
-Un día de estos mataré a ese hijo de puta - Dijo Delta refriéndose a Izawa.
Boro quien conducía sonrió con malicia estando de acuerdo con su jefa.
Izawa veía las camionetas salir del punto de encuentro.
-Un día de estos mataré a Jigen y voy a cogerme esa puta
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En tus manos
FanfictionDecidió estar cerca de su enemigo, compartir con él, vivir con él para cumplir su misión.