Adiós, amor mío
El viento golpeaba su ventana, esos golpecitos y vibraciones, llamaban su atención. Era un día algo particular, era uno de esos fríos y gélidos. Tan frío que el algodón que la cubría era incapaz de mantenerla cálida. El tintineo de las lunas le relevaba la agresividad del viento en el exterior.
Corrió hacia ella y bajó el seguro de cada lado. Necesitaba sentirse segura, necesitaba que le dijeran que nadie iba a lastimarla. De forma inesperada, sus manos la abrazaron como escudo de protección ante todo. Sentía tanto y tenía mucho adentro suyo que no podría colocarlo en palabras. Quizás, solo podría decir, que revisaran entre sus mensajes sobre todo en un chat en especial.
"Eduardo" ese era el nombre que tenía dicho chat, que podrían buscar y encontrar ahí a su corazón.
No estaba segura si alguna vez alguien amo tanto como ella. Muchos la podrían señalar como mentirosa, que a su corta edad era imposible llegar a sentir esos sentimientos. Sin embargo, nadie podía ayudarle, nadie podía entenderle ni una parte de su desamor. Todos decían comprenderlo, que ellos habían transitado ese mismo camino en su juventud, pero, donde estaba ese consuelo que debería sentir luego de tantos consejos.
Alguna vez, su madre le confió una de esas tantas creencias en el mundo y aún podía recordarlo. Mucho más en esos días. Luego de haber llegado ese mensaje tan cobarde y de leerlo. Él le había robado tanto tiempo de sus sueños y pensamientos, y sin importar su sentir solo había sido digna de un mensaje que rezaba un "Creo que confundí mis sentimientos y no puedo continuar con nuestra relación".
Tras varios días, que no planeaba contar, pudo aceptar que su amor no era correspondido. Nunca lo había sido y dolía.
Su madre le había dicho y le aconsejó nunca regalar un perfume a su pareja. ¿Alguna razón existente para ello? Simplemente el echo que, esa persona le haría llorar tanto como su forma de regresar la cantidad de perfume obsequiado. Bendita sea el día que había decidido ignorar tan mágico consejo.
Así mismo, como ese día que pasó la tarde mirando "Tres metros sobre el cielo" y donde, escribir el nombre de esa persona sobre un papel para luego quemarlo era una forma de dejar volar el amor perdido; eran mucho más que buenas intenciones.
Ahí en medio de su habitación, se preguntaba si estas suposiciones eran algún tipo de estrategia o magia para aliviar el dolor de nuestros corazones. Sin saber con certeza cuál fuera el verdadero misterio detrás de estos, decidió intentarlo.
Sus pasos eran algo temblorosos, tenía miedo, pero aun así llegó a la parte trasera de su casa. No sería alguna especie de magia negra, ¿no? Después de todo, el resto de personas aseguraba cierta veracidad de estos y que funcionaba si te alejabas de situaciones como obsequiar un perfume, o si las hacías con la finalidad de alejar estos sentimientos de tu herido corazón.
Había depositado no solo ese papel arrugado que tenía escrito su nombre completo sino, también, algunas fotografías de esa persona que solía ponerle todo el cuerpo en emociones. Las prendió y en medio de esto, susurraba un "Te amaba Edu".
Sin ser consciente, lo que estaba produciendo bajo las cenizas nacientes.
Solo bastó cuestión de segundos para sentir su rostro irritado de las lágrimas cayendo sin interrupción. Se consoló en medio de sus manos e intentaba detener todo lo que le embargaba.
Los minutos se iban y para entonces el mínimo fuego que quedaba se había apagado con el viento. Las fotografías y el papel eran cenizas.
Solo eran cenizas y una pequeña pluma.
¿Una pluma? Miró a su alrededor en reacción de su curiosidad. Volvió a verla y sí, era una pluma como cualquier otra. ¿Y cómo había llegado hasta ahí?
La cogió y guardó. Camino de regreso a su casa para acobijarse, sentía su pecho cada vez más desolado. Se envolvió bajo sus mantas y no recordó más de lo sucedido esa tarde, el sueño la había vencido.
Unos ojos tan rojos como sus mejillas eran muestra de lo mucho que había llorado el día anterior. Pero lo que jamás hubiera esperado era tal sueño que había tenido. Al recobrar la conciencia sus manos se desesperaron en búsqueda de ese elemento tan particular que había nacido entre las cenizas.
Aún estaba ahí, esa pluma aún estaba ahí.
"De la misma forma en que se desvanece los dientes de león y con esa misma crecencia al quitar pétalo tras pétalo para definir si nuestro amor es correspondido debes tenerle a esta diminuta pluma. El desaparecer y el confiar en ella" cantaba esa voz tan suave en su mente. Esa misma voz con la que había soñado. No era cualquier persona que le había dicho ello, era una persona que ella había conocido alguna vez. Una vieja amiga de la familia. No la había visto nunca más desde que dejó de ser una niña, pero aún era capaz de recordar esos ojos verdes tan despiertos y la intriga que le ocasionaba en su corazón.
"Ella es especial" les había dicho esa bruja a sus padres para luego susurrarle a escondidas un "No despiertes ese poder dentro de ti". Desde ese momento, no la volvió a ver más.
Nunca lo entendió y seguía sin poder hacerlo, pero sí tenía algo seguro. Iba a irse del país. Iba a olvidarlo sin importar qué, sin importar que eso significara dejar a todos y a él lejos de su entorno.
Esa misma noche, donde su vuelo estaba por partir y cada pasajero pasaba los niveles de seguridad, aún sostenía entre sus dedos a esa pluma. Le iba a dar un buen final.
Quizás nunca podría entender la advertencia en las palabras de esa bruja, pero su corazón aún continuaba inquieto así que, algo iba a creerle.
Tras dejar el espacio cubierto y dirigirse a solo pasos de subir las escaleras que eran el inicio de su adiós, ella retiró su mano con la delicada pluma y sopló.
No era una bruja y nunca lo sería, pero en ese instante había decidido creerle a esa mujer y depositar cada uno de sus sufrimientos en esa pluma desvanecida en el viento.
"Adiós, amor mío" le habló en silencio al viento.
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Fase 3:
Disparador 1: La protagonista sabe que su amor no es correspondido. Así que, planea tomar las riendas y hacer cambios importantes mientras se imagina qué rumbo tomaría su historia de amor si fuese una bruja.
Número: 4
1040 palabras
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Me gustó mucho hacerlo, espero sea de su agrado C:
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Érase una vez ☪ | Portafolio
DiversosHola personitas del universo C: He creado este espacio dedicado al concurso de escritura y diseño en la cuál estaré participando. ¡Escritura y diseño! ¿No es eso la combinación perfecta? Me esforzaré para así continuar en cada face. De igual form...