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Hoy inician las vacaciones de verano, significa que todos los estudiantes concluyen un año escolar más. Todos hacen fiestas y se van a embriagar hasta no poder más. Y yo, me siento la chica más afortunada por qué mi padre me obsequió la guitarra de mi madre, y que mejor estrenarla en la estación del tren hoy en la noche.

Son al rededor de las diez de la noche, y baje al estudio de fotografías de papá para pedirle permiso e ir a la estación. Lo encontré colgando las fotografías que tomo hace algunos días.

—Esa es buena— dije entrando y señalando una foto mía de mi perfil derecho.

—Mm— suspiro— hay algo extraño en esta parte...—señalo mi cara en la foto y yo respondí golpeando suavemente
Su brazo, el río.

Me encanta la relación amistosa que tengo con mi papá, es mi mejor amigo, el único.

—Papá, quería saber si podía ir tocar mi hermoso obsequió en la estación del tren esta noche— sonríe inocente.

El dejo sus cosas a ún lado y miro su reloj.

—10 de la noche— dijo sorprendido- invita a Millie a que venga y toque aquí para nosotros— sonrío como si fuese la mejor solución.

—Millie esta con su familia y... papá, amo tocar para ti, enserió pero necesito acostumbrarme también a tocar frente a otras personas ¡Por favor! Fredd, estará ahí y estará cuidándome; y hoy se termino el ciclo ¡Hoy! ¿No es que pueda llegar más tarde?

Fredd es el señor que reparte los boletos en la estación del tren. Es un señor muy lindo, tiene una hija y vive con su esposa, hace dos años comencé la costumbre de ir a la estación del tren a tocar, y mi papá le tiene confianza a Fredd al igual que yo.

Mi padre me miró pensativo y respondió.

—De acuerdo— suspiro rendido— extiendo tu hora hora de llegada una hora, es decir media hora¿oíste?—Me lance hacia el para habrazarlo— oye, y escríbeme apenas llegues allá o no llamaré a fredd, Si no que iré para allá y te haré pasar tal vergüenza que se volverá una leyenda urbana porque la hora de llegada se respeta!

—Seguro— le grite alejándome del estudio.

Sadie

—oye, no hagas eso— dijo mi mejor amigo Noah acercándose a mi al verme.

—Qué cosa— pregunte.

—Eso... digo, te vez muy triste y me pone triste, por favor, bebe la cerveza y divierte, amiga ¡Es verano!

—oye, esquivaste una bala, amiga— habló mi otro mejor amigo Caleb parado justo al lado de Noah— vas a tener que despertar cada dia a  estudiar lejos de la playa, ahora tenemos— señalo la gran fiesta detrás de el. Demasiados adolescentes divirtiéndose en la oriila del mar, algunos besándose, otros bailando y el resto apenas estába consiente por tanto alcohol que han bebido.

—Mierda, Chiara Aurelia a las tres en punto.
-dijo Caleb.

—Sadie— sonrío acercándose la recien mencionada— estas en problemas.

—¿Qué fue lo que hice esta vez?

—No me llevaste un trago.

—No sabia que tenias sed.

—Pues ahora lo sabes— me empujó molesta— lo siento— se disculpo apenas fue consiente de la acción que hizo.

—Esta bien— aleje sus manos de mi pecho que trataban de hacer algo parecido a sobarme.

—¿Ese es tu brazo malo?— cambio de tema y asentí— pues, si ya no nadas por ahora, podrías tener más tiempo para mi —suavizo su voz coqueta mientras daba unos paso así atrás.

Amor de medianoche / Sadie sink Donde viven las historias. Descúbrelo ahora