Mejor no Dicho

Capítulo 1 - ¡Tú eres el!

"¿Qué crees que estás haciendo aquí, Naruto?" Umino Iruka, sin aliento y aparentemente iracundo, con una cicatriz en la cara y una coleta marrón que usaba chunin, preguntó retóricamente a un joven rubio con marcas de bigotes en las mejillas. Él ya lo sabía, por supuesto, todo el mundo de su nivel y superior lo sabía. Naruto había sido atrapado saliendo de la Torre Hokage con el Pergamino Prohibido de los Sellos, el pergamino con toneladas del secreto de Konohagakure y las técnicas mejor guardadas jamás acumuladas. Esto estaba a la altura de la traición, incluso para un niño como Naruto. Por eso Iruka lo persiguió y lo encontró en lo profundo de los bosques fuera de los muros de la aldea.

Dicho chico simplemente sostuvo su mano detrás de su cuello, frotándola mientras sonreía tímidamente, "¡Te encontré, Iruka-sensei!"

El ojo de Iruka se crispó, "¡Idiota! ¡Te encontré!" Su expresión luego se suavizó, "Naruto, ¿qué diablos te poseyó para tomar el pergamino de esa manera? ¿No sabes que está prohibido?"

Naruto se rió como un tonto por un momento antes de ponerse de pie y verse orgulloso de sí mismo, "Me atrapaste rápido, Iruka-sensei, solo tuve tiempo de aprender un jutsu del pergamino". Esa pequeña información hizo que las cejas de Iruka se levantaran con sorpresa, "¡Pero todo está bien ahora porque puedo graduarme! ¡Fallé!"

No había una inflexión de mentira en su voz que Iruka pudiera descifrar, no es que Naruto pudiera mentirle a un ninja de su nivel de todos modos, pero era completamente sincero. Honestamente creía lo que estaba diciendo: "Naruto, ¿quién te dijo esto? Tengo que decirte ahora mismo que no es verdad. Alguien te mintió". Iruka preguntó, viendo el rostro de Naruto pasar de uno de triunfo a uno de incredulidad.

"¿Qué?" Dijo con voz de pánico: "P-Pero Mizuki-sensei fue quien me dio la prueba. Dijo que era una recuperación para el examen de graduación". Escuchar la desesperación en su voz hizo que el corazón de Iruka se moviera por el chico. Fue engañado por alguien que debería haber tenido sus mejores intereses en el corazón y debía ser utilizado como chivo expiatorio. ¿Y qué podría hacer Naruto? Confiar en que tu sensei hiciera lo correcto no era pecado ni crimen. Si lo fuera, Mitarashi Anko ya estaría encerrada o muerta por lo que su sensei había hecho mientras ella estaba debajo de él.

Iruka cerró los ojos para poder pensar. Naruto tuvo suerte de ser el primero en encontrarlo, otros probablemente lo habrían destruido antes de que supiera lo que estaba pasando. Hablando de eso, Iruka envió un pulso de chakra para poder ver si había alguien cerca. Era una de las mejores técnicas de Iruka, enviar el pulso de chakra para obtener una imagen de sonar momentánea de su entorno; el secreto detrás de cómo pudo saber si alguien en su clase estaba holgazaneando o haciendo el tonto, incluso cuando estaba de espaldas a la pizarra.

Naruto miró a Iruka, sus ojos al borde de las lágrimas, "Iruka-sensei, ¿estoy en problemas?" Naruto no tenía idea de qué hacer en caso de que lo fuera. ¿Luchar contra Iruka? Sí, como si. Puede que haya fanfarroneado mucho, pero no era un tonto cuando se trataba de sus propias capacidades como ninja. Sabía que Iruka podía destrozarlo si era necesario antes de que pudiera hacer los sellos para su nueva técnica súper fuerte... ¿y de qué serviría golpear a Iruka incluso si de alguna manera pudiera lograrlo? Si hiciera eso, definitivamente no sería un ninja después, lo que significaba que no sería un Hokage para él. No había razón para pelear siquiera.

Iruka suspiró antes de dejar escapar otro pulso de chakra, todavía no había nadie alrededor. ¿Qué iba a hacer? Puso una mano en el cabello de Naruto, "Para ser sincero, lo más probable es que estés haciendo lo que tu sensei te dijo que hicieras para convertirte en un ninja. Si vienes conmigo, te juro por mi condición de chunin de Konoha que yo Haré todo lo que pueda para responder por ti y ayudarte a salir de esta". Dijo con tanta convicción como pudo. Podía ver los sutiles movimientos del cuerpo de Naruto, estaba tratando de decidir si correría, pelearía o simplemente se rendiría.