Pain (Intenabo)

(6) Confesiones

Gustabo se pasó todo el día nervioso, y pensando en qué le diría a su hermano cuando el otro le preguntase.
Evidentemente, Horacio siempre había estado ahí para él, y sabía que eso nunca cambiaría, pero tenía miedo de decepcionar a su hermano, la última vez que pasó por eso, notaba a Horacio súper triste y preocupado, y no quería que eso volviese a pasar; además, lo que más miedo le daba era que los chicos de enterasen. Sabía que Volkov por ejemplo no diría nada, pero Greco e Ivanov insistirían en hablarlo con él seguro, y eso si que le daría vergüenza.
Acababa de salir de servicio y se dirigía a casa, ya que Horacio iría en el coche de Volkov, por lo que no tenía que esperarle.
Cuando llegó a casa se metió en la ducha, y al salir, al verse al espejo se sintió como una mierda; no porque tuviese complejo con su cuerpo, nunca lo había tenido, el siempre había sido un chico bastante guapo y con muy buen cuerpo; sino porque se acordó de la vez en la que Horacio tuvo que llevarle al hospital porque se estaba desangrando debido a un corte profundo que se había hecho en la muñeca, y de cómo su hermano estaba llorando como nunca antes lo había escuchado, y se pasó varios meses muy preocupado por él y por si lo volvía a hacer; y ahora.. ahí estaba de nuevo, mirándose frente al espejo mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.

Gustabo: so.. solo soy una carga para Horacio, y para todos los demás- dijo entre sollozos mientras se dirigía a su habitación y agarraba un cúter que se encontraba al fondo de su armario, para volver de nuevo al baño.

Gustabo: siempre es lo mismo- un corte en el antebrazo-

Gustabo: no sirvo para nada, solo hago sufrir a los demás- otro corte más-

Gustabo: seguro que Conway solo me está utilizando, como hace todo el mundo- un tercer corte-

Gustabo: la.. la vida de Horacio sería mejor si yo no estuviera en ella y dejase de molestarle-colocó el cúter sobre su muñeca, pero de repente escuchó la puerta de casa, indicándole así que su hermano acababa de llegar. Rápidamente se colocó la toalla y corrió hacia su habitación, no podía permitir que le viese así.-

Horacio: buenaaas ya he llegado

Gustabo: ho.. hola que tal?-dijo desde su habitación, mientras se colocaba una sudadera, unos calzoncillos y unos pantalones

Horacio: estás bien?- dijo medio preocupado, al escucharle la voz un rato quebrada

Gustabo: emm... si claro, por?

Horacio: no sé, te escucho un poco raro

Gustabo: mierda, cómo me conoce- pensó- n.. no te preocupes, estoy bien

Horacio: seguro?- dijo mientras entraba a la habitación de Gustabo, viendo así como tenía todos los ojos llorosos- pero mírate los ojos, si acabas de llorar

Gustabo: q.. que dices, es por la alergia

Horacio: pero qué alergia ni qué alergia, si nunca has tenido alergia. Gustabo no me jodas- dijo ya sospechando lo que le ocurría, ya que llevaba sin ver a su hermano llorar desde que se autolesionaba

Gustabo: que pasa?- dijo preocupado, su hermano le conocía muy bien

Horacio: a ver tus brazos

Gustabo: c.. cómo?

Horacio: lo que has oído, que me enseñes tus putas muñecas

Gustabo: no tengo que demostrarte nada, no eres mi padre-

Horacio rápidamente agarró a Gustabo del brazo izquierdo, a lo que el mayor soltó un quejido, y le remangó la manga de la sudadera, pudiendo ver así dos marcas recientes, pero no mucho; y otras tres que aún estaban sangrando, ya que a Gustabo no le había dado tiempo ni de limpiarse la sangre.-