Ferller, una joven de una especie diferente a los humanos y demonios, siendo esta, caracterizada por sus orejas puntiagudas y su dulce sangre, llamando la atención de los demonios o humanos con el sentido del olfato muy desarrollado. Nuestra joven p...
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- ¿Un nuevo tipo de respiración? Con un tono totalmente diferente de hoja en la katana, espero que mi niña llegue lejos y se convierta en pilar - el cuervo con una bandana en el cuello se acercó al hombre, el cual recibió varias caricias cuidadosas en la cabeza - le quiero enviar un regalo, sé que lo ha estado buscando desde que entro a la selección final, un pajarito me lo dijo - dijo esta vez viendo al cuervo de la joven.
El hombre empezó a escribir varias cartas, pues su condición se lo permitía, al estar la maldición aún no tan fuerte, una fue dirigida a Ferller, en la cual le explicaba que le preparo un regalo y la otra fue dirigida hacia la finca de glicinas, en la cual redactaba que le regalaría un brote de glicinas a una cazadora de pelo semejante a una cascada de pólvora.
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Ya estaba amaneciendo y la joven iba a empezar de nuevo su recorrido, de no haber sido por su cuervo, al cual le coloco un collar para identificarlo, él traía un papel atado a su pata, el cual Ferller desato y comenzó a leer.
Querida Ferller:
Me llego la gran noticia de que eres una nueva espadachín con una respiración única y un tono de hoja en la katana único en su tipo, por eso, quise recompensarte por tu tan asombrosa azaña y regalarte algo que llevas deseando desde que me contaron de tu existencia, tu cuervo te guiara, solo tienes que seguirlo.
Se despide Kagaya Ubuyashiki
Cuando Ferller termino de leer la carta le vino una duda a la cabeza ¿Quién era Kagaya Ubuyashiki? Se avergonzó un poco, seguramente era alguien importante y no lo recordaba, miro al cuervo que se posó en su brazo mientras leía la carta.
- Bueno... Estoy lista, guíame - Dijo decidida la chica mientras miraba a su cuervo.
Al salir de la casa el cuervo alzo el vuelo y Ferller lo siguió, hasta que se detuvo en una tienda, la cual le daba a Ferller un olor que nunca olvidara, el cuervo se posicionó en el hombro de la joven y le hizo una señal con sus alas para que entrara a la tienda.
