Venganza netamente racional

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"Querido diario, hoy, con mis botas envueltas en nieve y mis ojos embelesados ante el paisaje del Everest, puedo decir con seguridad que la vida es hermosa. He tenido un, sino el que más, emocionante y gratificante mes de mi vida. Aquellas páginas plagadas de garabatos de angustias quedaron atrás. Mi tristeza baila y se pierde entre los perímetros de las montañas, llevados por sus violentos vientos. Me cuesta asimilar que hace apenas unos meses estaba en una profunda depresión, sin encontrar salida alguna, desempleado, con mis estudios abandonados y con una hoja en blanco que rezaba 'motivos para vivir'. Ninguna droga me quitaba las ganas de dormir todo el día, lo único que quería era no enfrentar con la fuerte realidad que viviría.

Mas no quiero dejarte sin contexto, ya que no han sido pocos los días que me reporto en esta historia, y tampoco es que tuviese el tiempo. Xander me ofreció hace un mes atrás un viaje de turismo extremo alrededor del mundo, pagado con los ahorros de nuestros padres. Con apenas fuerzas me opuse rotundamente a la decisión, me parecía un sacrilegio usar todo ese dinero para el viaje de dos recientes huérfanos. Mis resistencias fueron ignoradas, ya que Xander más que ofrecer, me notificaba de la decisión. No sólo eso, el viaje estaba siendo planeado con Sherry, la pareja con quien había terminado meses antes.

Luego de aquello, terminé cediendo al viaje. Desde entonces, he vivido una auténtica aventura, son innumerables las cosas que he hecho, aprendido y vivido. Mi cerebro apenas ha podido asimilar la cantidad y la calidad de situaciones nuevas. Esquí en Nueva Zelanda, wakeboarding en Australia, rapel en Brasil, raffing en el Río Upano, barranquismo en España, tirolina en Costa Rica, safari por Tanzania, y lo que me compete hoy: montañismo en el Everest. El sólo decirlo me hace sentir como si fuesen sueños, he llegado a tardar hasta media hora en asimilar que todo es real cuando despierto.

Mi relación con Sherry se ha recuperado y diría que está mejor que nunca. Viendo en retrospectiva, no puedo más que disculparme con ella, por ser tan terco, por negar su ayuda en mis peores momentos, por transformar mi negativismo en desinterés amoroso. Tampoco puedo reprocharme, la rechazaba a ella tal y como me rechazaba a mí mismo y a la vida. Más allá de esa disculpa, no podría describir este último mes con ella más que como perfecto. Conversaciones plagadas de risas hasta dormirnos uno encima del otro, los mejores polvos que se prolongan durante tardes y noches enteras, el extrañarnos y buscarnos tras pocas horas sin estar juntos. Es increíble, es la mujer más hermosa que me he podido encontrar.

En ese mismo hilo de ideas, está mi hermano Xander, quien sin él no estaría aquí. Casualmente y mientras escribo esto, me grita desde unos cuantos metros con que vaya a tomar una merienda para seguir escalando. No sabes cuánto te agradezco, hermano, sin ti nada hubiese vuelto a tener color.

Dan Castiglione"

—¿Qué haces aquí? Te he estado buscando por todas partes —pregunta Xander, sentándose al lado de Dan—.

—Nada importante, sólo ordenando los pensamientos —responde Dan—.

Xander saca de su abultado abrigo una cantimplora con alcohol, destapándola y pasándosela a Dan.

—Bebe un poco, sirve para el frío —dice Xander—.

—Gracias. Este será nuestro último destino del viaje, ¿no?

—Sí, pero no dudes que buscaré alguna forma de tener otro viaje como este.

—Gastaste todos los ahorros de papá en esto, ¿con qué se supone que pagaríamos otro viaje? Por lo que me comentaste, estos no han sido tus mejores meses en cuanto a ofertas de trabajos.

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