Wonwoo siempre está tratando de hacer lo mejor para él y su hija, pero criar a un hijo solo a los veintidós años, además de hacer malabarismos con la escuela y un trabajo de tiempo completo, no es fácil.
Mingyu solo quiere tener la oportunidad de mo...
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"Está bien", le asegura Vernon por décima vez. "En serio, Wonu, necesitas echar un polvo. Estás muy herido, amigo"
Los ojos de Wonwoo se mueven hacia Hanwoo, que estaba sentada frente a la tele, comprobando que no había captado las palabras de Vernon. "Yo no" le dice Wonwoo, poniendo los ojos en blanco. "A diferencia de ti y Minghao, honestamente no necesito sexo para funcionar".
"Todo el mundo necesita sexo para funcionar", protesta Vernon. "Pero en serio, solo ve a divertirte. Yo me encargo"
"Bonon", llama Hanwoo, mirándolos. No importaba cuántas veces alguno de ellos la corrigiera, la niña se negaba a creer que el nombre de Vernon no era Bonon.
"¿Qué tienes ahí, pequeña?" pregunta Vernon, ignorando a Wonwoo. Hanwoo podría amar a Vernon, pero Wonwoo no tenía ninguna duda de que Vernon la amaba mucho más. "Woah, ¿quién te consiguió eso?" Vernon pregunta cuando Hanwoo levanta la muñeca para mostrar el brazalete que cuelga de su brazo.
"Minghao", dijo Wonwoo, este no podía darse el lujo de gastar dinero en algo tan extravagante y sin sentido; El propósito de toda la vida de Minghao era gastar dinero en cosas extravagantemente inútiles.
"¿No tienes una cita?" Vernon pregunta, entrecerrando los ojos.
"No" Wonwoo se levanta de vuelta. "Minghao tiene una cita. Yo estoy cuidando niños, como tú".
Vernon resopla. "Estaremos bien, Wonwoo, vete".
Wonwoo les da a ambos una mirada más, avanza para levantar a Hanwoo en sus brazos y plantarle un beso en la parte superior de sus brillantes rizos, y luego asiente una vez más a Vernon antes de salir por la puerta. Sin embargo, siente que este peso se asienta en su estómago mientras la bloquea detrás de sí mismo.
La última vez que Wonwoo había tenido una cita había sido hacía más de un año. Había sido su primera cita desde que tuvo a Hanwoo, y él apenas estaba comenzando la Universidad. Hyungyoo había sido todo sonrisas brillantes y caricias suaves, hasta que Wonwoo soltó que tenía una hija, y luego Hyungyoo había sido todo sonrisas incómodas, torpes disculpas y finalmente se despidió y nunca más volvieron a salir.
Wonwoo cree que algunas personas tienen buena suerte en la vida y otras tienen mierda. Wonwoo, definitivamente, tiene una suerte de mierda. ¿Cuántas otras personas dejaron embarazada a la primera chica con la que se acostaron? ¿Y cuántas otras personas solo se habían dado cuenta después de tener sexo con dicha chica que en realidad eran homosexuales? Y ¿cuántas otras personas después de eso se habían despertado en un apartamento nuevo con dieciocho años y el sonido del llanto de un bebé, solo para encontrar una nota debajo de una taza en la mesa de café que explicaba que la madre del niño acababa de abandonarlo?
No muchos, calcula Wonwoo.
Cuando baja las escaleras, encuentra el auto de Minghao en frente. Sus ventanas están completamente abiertas, pero eso no hace mucho para evitar que la música a todo volumen que golpea a través de sus parlantes llegue a los oídos de Wonwoo. Wonwoo ni siquiera se molesta en tocar la ventana ni nada para advertir a Minghao antes de que entre al auto, simplemente abre la puerta y se desliza en el asiento del pasajero.
