Tener el mismo sueño cada noche comenzaba a no importarle, BeomGyu ya se había acostumbrado; pero el día en que una cosa tan insignificante cambió, provocó que su realidad se transformara por completo, y por fin pudo saber a qué nombre debía llamar...
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El sonido de muchos pares de zapatos resonaban al golpear el gélido cristal del suelo. Todos se preparaban para la llegada de BeomGyu por lo que el agite en el lugar no cesaba, TaeHyun podía jurar que el agite de su corazón era mucho más grande.
—¿La habitación de BeomGyu ya está preparada? —preguntó a la chica junto a él.
–Sí, su alteza, todo ha quedado en completo orden y como nuevo, su habitación también ha sido preparada. —el peligris asintió en aprobación.
A paso rápido se dirigió hasta el recibidor analizando su alrededor por si faltaba algo o no, desde que la decisión sobre el regreso de BeomGyu fue tomada su nerviosismo había estado presente pero debía mantenerse enfocado en su trabajo— ¿Ya salieron de la casa? —Sakura asintió— ¿Hace cuanto?
—No deben tardar en llegar.
TaeHyun asintió dando un vistazo a su alrededor. Todos se encontraban en sus posiciones, los tíos de BeomGyu bajaban a paso lento por los escalones debido a su edad. Se dirigió hacía ellos ayudándolos con los últimos escalones.
—Gracias cariño —dijo la vieja mujer.
—Él no tarda en llegar —anunció, fallando en dar una sonrisa—, estaré en mis aposentos.
—TaeHyun... —ambos mayores lo vieron con una mueca triste— ¿estás seguro? No le veo necesidad
—La decisión está tomada —afirmó—, sólo veré a BeomGyu si es completamente necesario hasta mi último día aquí.
Sin esperar a alguna palabra por parte de los mayores, subió unos pares de escalones y volteó a ver a toda la servidumbre— Sean amables, respetuosos y no hostiguen al príncipe BeomGyu, sé que estamos felices por su retorno pero recuerden su condición y que necesitará tiempo para acostumbrarse —habló firme hacía todos—, si me necesitan estaré en mis nuevos aposentos.
Todos hicieron una reverencia cuando TaeHyun se comienza a alejar del lugar. Todos compartían la misma pena al ver el actuar del peligris, deseaban que pudiera disfrutar tanto como el resto de la llegada del príncipe, pero entendían sus razones y lo respetaban, no era algo sencillo que pudieran mencionar.
A los segundos, la llegada de una carroza resonó por el lugar; el príncipe BeomGyu había vuelto.
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