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En el colegio te miraban de forma atenta, pues aquél "chisme" de que eras pareja en secreto de South, el grande y fuerte, había llegado rápido a los oídos de las pandillas y 3 secundarias diferentes.

Hori: ¿Ya escuchaste lo que dicen de ti? - apretó el puño del enojo.

- No me importa... - relajaste tus hombros.

Nori: ¿De verdad? Todos comienzan a tenerte miedo.

- ¿A mí? No mato ni a una mosca... - inflaste tus mejillas mirando a otro lado.

Nori: Sabes que no...

- Ni siquiera sé de dónde se sacaron que el y yo somos novios en secreto, ni siquiera lo conozco.

Hori: Por la pelea de hace una semana, todos miraron como el te miraba a ti.

- Pero no creo que ese tipo solo se interese en una, ha de tener a muchas a sus pies.

Nori: ¿Quién querría estar con el? Da mucho miedo, seguramente si haces algo mal te golpearía, no lo dudo.

- Pues, ese día se portó amablemente.

Hori: Porque llamaste su atención.

- Tal vez...

Las clases continuaron, tuviste varios módulos, saliste específicamente a las tres de la tarde de la escuela, sin duda un día muy agotador para ti y tus queridas amigas.

En la salida de la escuela, aún escuchabas murmuros, pero no les tomabas importancia.

Cuando llegaron a la entrada de la escuela para ya irse, viste a tu amigo, Hitto Kakucho, un hombre serio sin duda, te fue muy difícil para que lograra ser tu amigo, pero lo conseguiste con éxito.

Hori y Nori se despidieron de ti, ya que ibas a pasar el rato con Kakucho en la tarde.

Hori como toda una niña ilusionada por tu amigo, se puso extremadamente nerviosa que Nori tuvo que llevársela para que no siguiera haciendo el ridículo con Kakucho.

Nori: ¡Nos vamos! - tomó a Hori de ambos brazos para llevársela, Hori estaba que ardía de sus mejillas, Kakucho solo estaba confundido.

Kakucho: siempre es lo mismo...

- Dísculpala, aún no sabe controlarse. ¿Nos vamos? - Kakucho asintió y ambos se montaron en su motocicleta.

Así mismo, Kakucho arrancó y comenzó a avanzar a una velocidad moderada.

Ambos llegaron a una pequeña calle, esta era tranquila y había varios árboles, perfecta y tranquila para el.

El tomó asiento y dió un suspiro pesado para después recargar su cabeza en el tronco de un árbol.

Tu te sentaste a lado de él acomodando tu falda y mochila.

Kakucho: ¿En qué te estás metiendo? - preguntó de repente.

- ¿Qué?

Kakucho: he oído de lo habla la gente últimamente.

- ¿Vas a creer eso?

Kakucho: no, solo quiero ver si tú lo confirmas.

- Pues no, no me gusta ni somos nada.

Kakucho: Vaya, mi jefe andaba muy raro, si tan solo te escuchara, le habrías roto el corazón.

- ¿Eh?

Kakucho: Trabajo para el, en su pandilla.

- ¿En serio? Nunca me dijiste nada ...

Suave  | South x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora