𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 1

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El impacto fue más ruidoso que el dolor que causó, aún así Rodri dejo escapar un quejido por la molestia en su espalda cuando fue arrojado con brusquedad hacia ese "coche".

– ¿viejo?, ¿a dónde estamos yendo...?

–cállate un rato o te juro que te pongo una cinta en la boca.

El castaño tembló y frunció su ceño con inquietud ante la respuesta de su supuesto padre, sabía que no se parecían en nada, ni siquiera se parecía a su mamá, pero...quizá no por qué sea su hijo debía parecerse a ellos, tal vez se trataba de algunos genes pasados.

se quedó callado durante todo el viaje, sus manos temblaban sobre su regazo y su cabeza agachada no hacía más que demostrar lo sumiso que era y se sentía en ese momento.

–Bajate.–la voz sonó con frialdad, podía jurar que ese no era el hombre que lo había criado toda la vida.

A regañadientes obedeció, bajo del auto e inmediatamente un dolor envolvió sus brazos y calentó su mejilla, intento gritar entre forcejeos, pero fue inútil, una mano en su cuello lo obligó a doblegarse, aflojando sus rodillas y quedando estás pegadas al suelo mientras vendaban sus manos, ojos y boca.
luego fue cargado a un hombro como si fuera algún tipo de bolsa de poca importancia, sabía que estaba en un hombro debido al brazo que rodeo su cintura y el punzante dolor en su estómago por el hueso mal acomodado.

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No sintió remordimiento, su pulso no se había agitado, tampoco había una expresión perturbada en su rostro, simplemente se encontraba totalmente serio y sereno sosteniendo el arma entre sus manos, aquella que hace cinco minutos le había arrebatado la vida a una chica de pelo corto y negro, con ojos marrones oscuros y unos lentes color oro rosa.

Habia otro sujeto, estaba a sus espaldas, con sus brazos cruzados sobre su pecho y una sonrisa de satisfacción grabada en su rostro, estaba impresionado, aquel chico de baja estatura y ojos verdes ni siquiera había dudado en apretar el gatillo del arma que le entrego, era simplemente fascinante, estaba totalmente de acuerdo en que era el indicado, el era perfecto para convertirse en su mano derecha y esposo.

–no podrías ser más perfecto–canturreo el chico de largas pestañas–sos el indicado para ser el cómplice perfecto del jefe de la mafia~

Iván se acercó a Rodrigo con una sonrisa, el contrario no lo veía, ya que estaba dándole la espalda, pero podía sentirlo perfectamente, por eso cuando el más alto estiró su brazo para tocar el hombro del petiso este alejo su mano bruscamente.

–No me toques.–exclamo con una voz dura y amenazante, quien diría que alguien tan pequeño podría imponer tanto respeto, Iván sonrió de forma torcida y alejo su mano.

–Entonces Camina, voy a enseñarte tu pieza y a establecer algunas reglas.

Rodrigo no respondió, simplemente se dió la vuelta, clavando sus verdes ojos en los oscuros de Iván, sin decir una palabra empezaron a caminar.

–Regla número 1, bajo ninguna circunstancia podés hacer algo sin mi permiso.–comenzó enumerando el azabache mientras caminaba.

Rodrigo tuvo un mal presentimiento, su estómago se retorció en un asqueroso escalofrío.

–Regla número 2, si yo te ordeno que hagas algo, LO HACES– intento intimidar el mas alto, aunque al contrario no parecia moversele ni un pelo.

–y regla número 3, te llegas a querer escapar,y te va a ir muy mal, ¿fui claro?–pregunto el de ojos marrones.

El castaño no contesto nada, solamente le dedicó una mirada lejana y desafiante.

Al no obtener respuesta alguna del mas bajo, Ivan se acerco rapidamente a su costado, agarrandolo de los pelos y tirando de estos para obligarlo a qué lo mirara.

༺ 🃑тнє мσвѕтєя'ѕ нυѕвαи∂ 🃑 ༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora