¡Corre, pequeña, corre!

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Como lluvia entre la arena,

se acarician mis pies mojados

entre almas, corazones

y cielos anaranjados.



¡Corre, pequeña, corre!

Espuma del mañana,

Corre entre laberintos,

surca jazmines y naranjas.



Corre y no sueñes, 

no despiertes al llorar.

Esa puerta está cerrada,

es la oscura realidad.


Dedicada: A la niña interna de una dulce amiga escritora que está pisando sus primeros 70 años. Este poema lo escribí cuando era adolescente, para ella que en ese momento tenía 50 años y me abrió las puertas del corazón relatándome su difícil infancia. 

Al terminar nuestra conversación, llegué a casa y lo escribí para ella. 

Aún somos muy buenas amigas escritoras.

De la lluvia y otros poemas- Dulce MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora