Oscuridad VII

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Un clon de cabello rojo de Menma se encontraba cargando a una exhausta Yugito mientras el original llevaba a Fuu, su rostro era inexpresivo y el calor no ayudo, incluso agradeció que Kurumi no perdiera ciertos hábitos como tener clones suyos en cada rincón del mundo facilito muchas cosas, una de esas siendo el conseguir comida, ante el hecho de que tenían dinero decidieron no escatimar mucho en ese aspecto, dejando que Ahri guardará la comida en sellos de almacenamiento.

-Debes tener mucho calor para no poder seguirnos el paso – él dijo envolviendo con cuidado un apéndice alrededor de la cintura de Kurumi, los otros cuatro generando sombra para él, ella y Fuu.

-Que bien por ti nya, parece que eres muy querida nya – Kuroka bromeo provocando que la espíritu se sonrojara un poco mientras el clon pelirrojo hacia sombra también con sus apéndices.

-No la molestes Kuroka – Ahri exclamo antes de sonreír con diversión – solo harás que el cariño del amo Menma crezca.

-Y si mejor las dos se quedan en silencio – él dijo mientras otros dos clones, uno de ojos rojos y otro de ojos azules cargaban a cada una – no voy a avergonzar solo a una.

Pensando que fue astuto, Kuroka solo se arrimo más a su maestro, no le importaba ser un poco juguetona, no con él, no con la persona que accedió a cuidar y posteriormente a estar bajo su mando, sus ojos, al igual que los de cierta bijuu con apariencia de gato gigante, vieron el alma del chico, la oscuridad que la formaba y protegía aquel cálido y brillante punto completamente blanco en el medio la tranquilizo justo como él fue capaz de calmar a Kurumi la noche anterior evitando que se invirtiera.

- (Eres demasiado pegadiza, Kuroka) – Ahri se quejo con la nekoshou mediante un enlace mental.

- (Deja los celos nya, podrías hacer lo mismo nya y nadie se quejaría nya) – ella respondió sin dejar de sonreír, su cabeza pegada en el pecho del niño.

- (¿Está bien que lo haga?) – eso fue lo último que ella escucho, pues el enlace se corto y aquella pregunta la dejo curiosa.

Unos minutos pasaron y él y sus clones siguieron caminando en la dirección que Kurumi le indico, de reojo vio su brazo izquierdo, se había regenerado por completo, la oscuridad volvió a crear su guantelete y no pareció como si hubiera perdido su brazo en ningún momento, el problema era que no le gustaba la idea de haber dejado una parte de su cuerpo dentro de una aldea que aprovechaba todo para incrementar su poder, dudaba de que de verdad pudieran replicar a un ghoul con solo eso, aun así prefirió no dejar nada a la suerte otra vez, de ahora en adelante, no pelearía solo.

- ¿Ya se encuentran mejor? – él pregunto viendo como las dos jinchuriki despertaban casi al mismo tiempo.

-Tengo mucho calor – Fuu se quejó por lo bajo.

- ¿Mejor? – cubriendo a la peliverde con una capa de oscuridad, él pregunto.

-Bastante mejor.

- ¿Qué hay de ti, Yugito?

-Estoy bien, solo fue por el cansancio, ya he estado aquí antes, así que puedo soportar el calor.

Asintiendo a las palabras de la rubia, él siguió caminado, ninguno de sus clones soltó a ninguna de las chicas, sus apéndices siguieron funcionando como sombra, entonces él se detuvo, sus ojos observaron a lo lejos la aldea de la arena, soltando un suspiro dejo con cuidado a cada una de las chicas, sus clones después desaparecieron dentro de su sombra, con un ligero brillo de sus ojos todos parecieron volverse invisibles y utilizando sus cinco apéndices las rodeo por la cintura y las guio para que ninguna se separara.

- (El poder de Amatsumikaboshi es impresionante) – él pensó mientras pasaban por el hueco entre la muralla.

- (Mi padre era capaz de incluso existir en varios universos al mismo tiempo) – Shizen dijo dentro de la cabeza del niño.

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