Oscuridad VIII

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Los ojos heterocromáticos se centraron en el suelo que tenía debajo suyo, ni siquiera entendía como era que se encontraba haciendo esto en primer lugar, moviendo su cabeza, vio del revés a la nekoshou que ejercía como su maestra, lo tenía parado de manos haciendo flexiones, el problema ni siquiera fue el ejercicio como tal, sus brazos parecían capaces de soportar durante bastante tiempo y el realizar el ejercicio no parecía agotarlo mucho, era el hecho de que comenzaba a ver doble, se estaba mareando y el resto de su cuerpo quedándose sin sangre.

-Si no soportas esto nya, no soportaras lo que viene nya.

Y con esas palabras supo que no terminarían pronto con esta parte de su entrenamiento, vio a sus clones de sombra oscuros, como los llamo Ahri, había dos grupos de diez, uno con la kitsune y otro con Kurumi, el primero se encontraba peleando contra ella, refinando un estilo de combate que él mismo parecía estar creando a través del conocimiento de Amatsumikaboshi, el otro grupo estaba entrenando para controlar cualquier tipo de técnica, de hecho, todas las que el ente le paso al fusionarse con él, entonces miro a los demás.

-No puedo seguir – Fuu se quejo cayendo al suelo, su mirada fija en el cielo.

-Admito que incluso a mí me parece algo casi imposible – Yugito exclamo mientras soltaba un suspiro.

-Pero es fácil.

En ese momento las miradas cayeron en el pequeño Gaara, el ver su gran sonrisa y el látigo de arena que lo ayudaba a entrenar provoco que las tres chicas que lo veían sonrieran con nerviosismo, diversión y ternura, Menma por su lado solo dejo de hacer el ejercicio mientras miraba en otra dirección, sus ojos parecieron brillar, las venas alrededor de estos quisieron marcarse a medida que él forzaba su vista, tras el paso de una semana de viaje después de irse con Gaara, él entendió que sus ojos podían tomar el poder de cualquier doujutsu utilizando la oscuridad, no estaba del todo seguro por lo que hizo en la Nube, pero en ese tiempo lo confirmo con un grupo de bandidos que intento robarlos.

-Será mejor que nos alejemos – él dijo con aparente frialdad, su mirada mostrando preocupación en realidad.

-Pero no siento nada – Kuroka exclamo, su percepción sensorial llevada al máximo.

-Es porque no es un mortal – él exclamo con premura.

Sus clones se convirtieron en cúmulos de oscuridad que se movieron a su máxima velocidad, un grupo llevándose a cada uno de los miembros de su grupo, los demás se convirtieron en media cúpula de oscuridad bloqueando una ráfaga de luz que intento desintegrarlo, cuando el ataque termino solo quedó él y lo que estaba detrás suyo, elevado en el cielo había varios pilares dorados que apuntaban en su dirección, de reojo miro a Kurumi, en su mirada hubo confusión y sorpresa.

-Kurumi, ¿Qué sabes de esa cosa? – él pregunto mientras una espada de oscuridad aparecía en su mano.

-Conozco cuatro modos de ataque, Shemesh, Mal'akh, Kadour y Artelif, el primero libera una lluvia de explosiones, el segundo permitía a su usuaria volar, el tercero hace que cada uno de ellos ataque por su cuenta y el último crea ese poderoso rayo de luz.

Viendo como ella señalaba en la dirección del ángel, él envió más oscuridad hacia su espada, el peso provocó que esta cayera al suelo mientras obtenía un gran tamaño, entonces, cuando el poderoso rayo de luz voló en su dirección él blandió el arma de manera vertical, el ataque chocó con el filo de la espada, logrando dividirlo perfectamente a la mitad, sin embargo, no hubo daño a los pilares, los cuales se dispersaron el varias direcciones, cada uno de ellos atacándolo.

-Me gustaría pasar más de una semana sin recibir algún tipo de ataque – él se quejó, espadas en sus dos manos, cortando y desviando los ataques – ¿alguna manera de destruir esas malditas cosas?

Mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora