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QUÉ GANAS CON LLEGAR, SI IGUAL TE IRÁS
CON EL VIENTO

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Louis se encontraba frente a su puerta, observando cómo los ojos de Harry estaban llorosos. Sentía una punzada de vergüenza en el pecho.

—Feliz cumpleaños —le dijo Louis, forzando una sonrisa.

—Gracias —respondió Harry, apartándose de la puerta y dejando pasar al chico que amaba.

Louis cerró la puerta detrás de él, frunciendo el ceño al ver cómo Harry se alejaba rápidamente hacia la cocina, como si intentara evitar cualquier contacto más cercano.

Cuando Louis entró en la cocina, encontró a Harry sentado en la isla, con una cuchara en la mano y un tarro de helado de chocolate medio vacío.

—¿Dónde está tu hermana? —preguntó Louis, intentando sonar casual.

—Hubo un accidente en el trabajo y tuvo que irse —respondió Harry, metiendo una cucharada de helado en su boca para evitar llorar—. ¿Qué haces aquí?

—Te traje esto —dijo Louis, levantando una pequeña bolsa de regalo—. Lo compramos entre Violeta y yo. Espero que te guste.

Harry tomó la bolsa y la abrió lentamente. Dentro, encontró un brazalete con un dije de un avión de papel. Lo miró con una mezcla de sorpresa y tristeza.

—Es lindo. Gracias. También dile a Violeta que me gustó —dijo Harry, esbozando una pequeña sonrisa.

Louis asintió y sonrió.

—Hoy iré al cine con ella por la noche. Tal vez quieras venir con nosotros.

—Voy a pasar el día con Charlie—respondió Harry, observando la reacción de Louis.

Louis frunció el ceño, claramente molesto.

—¿Tienes algo con Charles? Te he visto mucho con él últimamente. Incluso me has evitado.

Harry sintió un nudo en la garganta. Quería gritarle a Louis que se fuera al diablo, que dejara de jugar con sus sentimientos. Pero en lugar de eso, respiró hondo y respondió con calma.

—No, solo somos amigos. Y no te he evitado. Tú has estado ocupado con Violeta. No quiero molestarlos.

Louis suspiró, como si estuviera cansado de la situación, y esa simple acción hizo que Harry dejara escapar una lágrima.

—Ella me gusta, y mucho.

—Lo sé —respondió Harry en voz baja, deseando que esas palabras no le rompieran el corazón.

El timbre sonó nuevamente, y Harry se levantó rápidamente para abrir la puerta. Louis se quedó en su sitio, pero frunció el ceño al escuchar la voz de Charles cantando.

—Feliz cumpleaños a ti~ feliz cumpleaños a ti~ mi hermoso niño, feliz cumpleaños cariñooo~

—¡Char! —Harry rió y caminó de regreso a la cocina con el recien mencionado a su lado.

La expresión de Charles cambió al ver a Louis. Dejó de sonreír y su rostro se volvió serio, casi enojado.

—Louis.

—Charles.

Harry sintió la tensión en el aire y rápidamente trató de desviar la conversación.

—¡Charlie, dijimos a las tres y no son ni las once!

¿Qué Ganas? // l.s ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora