Capítulo 37: La chica llamada Xenovia.

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Sólo cuando el personal del hospital del Quinto Cielo lo sacó prácticamente a rastras, Issei dejó a Irina, regresando al Primer Cielo para coger el formulario y descendiendo de nuevo a su casa.

Sólo una vez que lo hizo, consideró el pensamiento que había gritado.

¿Irina se enteró de la muerte de Dios, y podría ser convertida en santa mientras Xenovia es expulsada?

Issei respiró hondo, tratando de no enfurecerse una vez más y archivando la información para usarla más tarde. Una vez que lo hizo, se dirigió a su habitación y comenzó a leer por encima el formulario.

«Veamos... mi nombre... fecha... propósito de la visita...»

Toda esta información se completó rápidamente. La razón que dio la morena no era la historia completa, pero tampoco era falsa.

Y ciertamente nunca pondría la otra razón en el registro. Issei no era lo suficientemente estúpido como para creer que eso se haría realidad.

Por no hablar de que no estaba seguro de si llegaría a producirse.

—•••—

Justo cuando estaba cerrando el formulario, al que sólo le quedaba un dato, llamaron a la puerta.

Y cuando se abrió la puerta, le saludó la joven de pelo azul que había conocido días antes. Las palabras que le dirigió fueron tranquilas.

—Issei... ¿podemos hablar?

Xenovia tomó asiento en la cama al entrar. Por un momento, se quedó mirando el suelo, sin mirarle a él.

Entonces, le hizo una pregunta bastante inesperada.

—Issei... sé que no nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero... ¿me odiarías si me fuera a los demonios?

Issei parpadeó.

—¿Qué quieres decir?

Xenovia lo miró, con ojos inseguros. 

—Issei... Yo... no tengo ningún sitio al que ir. Y no quiero depender de ti para siempre. Si los demonios necesitan una nueva Evil Piece.... entonces tal vez sea eso lo que deba hacer, pero... no quiero traicionarte...

Issei inclinó la cabeza hacia un lado. 

—¿Traicionarme? —negó con la cabeza—. Xenovia, ¿me considerarías tu amigo?

—Err... —respondió Xenovia, evidentemente insegura de qué decir—, ...me gustaría pensar que sí...

Issei se encogió de hombros.

—Entonces, si crees que es lo mejor... no, no me habrías traicionado en absoluto. Que estemos en bandos opuestos no significa que tengamos que odiarnos. Eres mi amiga, Xenovia. Sea demonio, humano o cualquier otra cosa.

Los ojos de Xenovia se abrieron de par en par con sorpresa.

—Xenovia —continuó Issei—, quiero lo mejor para ti, como cualquier amigo, pero... en este caso, no me corresponde decir qué es. Si crees que reencarnarte en un demonio es lo mejor, lo aceptaré sin problemas.

El rostro de Xenovia se convirtió en una sonrisa genuina, aunque algo débil.

—Sin embargo —dijo Issei, borrando la sonrisa de la cara de Xenovia—, me gustaría pedirte que hagas algo por mí.

—¿Qué es eso? —preguntó Xenovia, tragando saliva.

—Espera un poco —dijo Issei—. Sólo un día o dos.

El Jack de CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora