𝐍𝐎𝐑𝐄𝐍 冬 "¿se puede saber
por qué me ignoras?"
"¡renjun, por favor!"
"¿estás molesto porque no te compré
las gomitas que querías? ¡te juro que
no me vuelvo a olvidar de ellas, pero
no me ignores más!"
huang renjun es un youtuber y este
día le t...
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— agh está bien, aquí vamos de nuevo —murmuré para mí mismo antes de girar la manija de la puerta y proceder a entrar a mí hogar.
<< aparentemente no hay moros en la costa. >>
pensé, pues ningún ruído se hacía presente y saben? eso es extraño.
<< oh no. >>
— ¿renjun? — escuché aquella voz murmurar mi nombre de una forma soñolienta, como si se acabara de despertar.
llevé mi mirada al pequeño sofá y estaba en lo correcto, mi novio se había quedado dormido allí, en espera de mi.
dios, me siento tan mal novio por no darle sus mimos diarios, ni tampoco darle la atención que merece ha llegado tan cansado hoy de su entrenamiento y ni siquiera puedo preguntarle cómo le fue.
— ¿ren? — escuché nuevamente esa preciosa voz, esa voz que tanto amo, llamándome con un tono de ilusión.
<< tú puedes renjun, tú puedes, tú puedes. >>
— amor ¿eres tú? — preguntó nuevamente — y si no eres tú, dejame decirte ladrón tonto que osa meterse a la casa equivocada, que aquí hay un perro muy grande ¡y ataca!— alzó la voz antes de ver como daegal corría hacía mí, para "atacarme".
— hola pequeñita — murmuré tomando en brazos a la pequeña cachorrita.
los ladridos de felicidad de daegal delataron mi llegada — ¡daegallie, por favor, coopera aunque sea un poco!
— ¡renjun! — se había levantado del sofá ¡jeno se ha levantado del sofá! ¡es hora de correr!
bajé con rapidez al animalito antes de huir como alma que lleva él diablo directo a mi habitación o mejor dicho. nuestra habitación.
— ¿dónde está papi, daegallie? — escuché a jeno hablar e interrogar a la cachorrita.
<< oh no y mil veces no. >>
entré en pánico, mejor no les miento ¡entre más que pánico! jeno está afuera de la habitación, rogando hablar conmigo.
— cielo, por favor deja de ignorarme. si hice algo mal, hablemos, te lo ruego — sonaba tan arrepentido, tan triste y deprimido.
— tú no has hecho nada malo, mi nono — murmuré para mí mismo.
un suspiro de derrota.
— está bien, si no quieres hablar ahora lo comprendo, tal vez más tarde podamos hablar — cada vez que hablaba, su voz sonaba más frágil, decaída y bajita.
<< estoy pensando seriamente abandonar este reto. >>
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