DOS BANDOS

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Policía: ¡Me he cansado de que estén jugando con nosotros! Quiero que cada uno de vosotros tenga un tiro limpio en un atracador!

Los policías se colocaron en posición y tenían tiro limpio de cada atracador tanto los que estaban en la izquierda, los que estaban en la derecha y los tres que apuntaban a los rehenes ahora estaban divididos uno a la derecha otro a la izquierda y otro al lado del atracador jefe acompañándolo mientras el agarraba a la chica.

Policía: ¡Cambiar las balas! ¡No queremos muertos! ¡Quiero que os pongais balas que los duerman de un disparo! Cuando cuente 5 disparais! ¡1 2 3 4 5!

La gente se agacho asustada mientras veían como caían los atracadores al suelo, pero de repente, el atracador jefe se agacho al ver a sus compañeros caer para que a él no le dieran, así que cuando vio que la chica se agacho asustada fue a dispararle con el arma que tenía a mano, pero Brenda cogió la pistola que había al lado de ella de uno de los atracadores abatidos y le disparó antes al atracador que el atracador a ella, la bala sonó como si alguien le diese una ostia, le dio en el brazo al atracador pero ella pensaba que sonaría más duro.

La gente se asustó al oír el disparo y pensaron que la chica estaba herida, pero cuando la vieron salir de la joyería llena de sangre con su mano derecha tapando su hombro izquierdo corrieron donde ella para ayudarla porque estaba apunto de caerse al suelo y desmayarse por perder sangre del roce de bala que le impactó cuando el atracador le disparó.

Profesora: ¡Brenda! ¿Estás bien?

Policía: ¡Señorita! ¿Sigues bien? ¡No te desmayes! ¡Aguanta! Lo has hecho muy bien, necesitamos que nos informes de lo que ha pasado.

Brenda: Derribaste a todos... pero el jefe se agacho y no le disteis, me apunto y me fue a disparar, cogí el arma de su compañero abatido y le disparé... él me dio en el hombro y yo le di en el brazo. Fue sin querer... ¡Se lo juro!

Los médicos atendieron a Brenda y a todos los heridos, después la periodista les hizo algunas preguntas y a Brenda se le quedó mirando fijamente, mientras pensaba que se parecía mucho a su padre y rezando que gracias a dios está viva.

La pobre chica estaba nerviosa pero a la vez aliviada porque no era ella la que se estaba desangrando tanto como el atracador y en lo único que pensaba era en sus 15 años... su cumpleaños fue todo un desastre.

Esa misma noche, cuando Brenda estaba en la cama pensando todo lo que había pasado, empezó a pensar que le gusto haber cogido el arma y haberle disparado.

Brenda: Ha estado bien... pero ese hijo de puta... necesitaba una bala en la cabeza, no en el brazo.

Y después de pensar tanto se cansó y en un rato se durmió...

Al día siguiente por toda la ciudad se oía el rumor de que Brenda estaba muerta porque la secuestraron, pero lo que la gente no sabe es que la periodista que publicó eso no quiso dar información de la situación de Brenda porque no quería poner en peligro a su hija.

Brenda empezó a meterse más en la vida de las drogas, empezó a tomarlas porque encontró una bolsa con varias pastillas blancas en frente del colegio, la cogió y se tomó una, luego la otra la guardo y la investigo en el laboratorio del colegio y busco información sobre esa pastilla en internet, al ver que era cocaína se tomó la otra también porque le gusto.

Un día cuando salió del colegio e iba dirección hacia su casa le paró una furgoneta negra con varias personas dentro que iban enmascaradas con las mismas máscaras que los atracadores de la joyería.

Calavera negra: Brenda niñita, ven sube con nosotros.

Brenda: Ni de coña me subo con vosotros y menos sabiendo mi nombre.

Dos personas bajaron de la furgoneta, la cogieron y la metieron a fuerza en la furgoneta, le dijeron que sabían lo que había hecho y que necesitaban que fuese con ellos a un sitio para hablar.

Al rato, llegaron a una mansión en lo alto del monte y a las afueras de la ciudad, la sacaron del coche y la pusieron al lado de la piscina sentada en el suelo y al cabo de unos minutos por la puerta de atrás apareció una persona todo de negro con una mascara de calavera roja, se acerco a Brenda se puso en guardia delante de ella y le dijo...

Calavera roja: Señorita Carrillo, no tenga miedo, no le haremos daño solo queremos informarle de varias cosas.

Brenda: No tengo miedo, solo que no he hecho nada malo, creo...

Calavera roja: Tranquila solo queremos que te enteres de varias cosas y pedirte perdón.

De repente la calavera negra empezó a hablar y ella se quedó sorprendida...

Calavera negra: Te pido disculpas por haberle disparado en el atraco, no tendría que haber salido así.

Brenda: Tranquilo, no pasa nada yo también te dispare a ti.

CAMINOS NUEVOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora