CAPÍTULO 3 (parte 1)

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Desperté.

Sería la primera vez en mi vida que desee no volver a hacerlo.

Me dolía sin exageración algúna todo el cuerpo. Trate de abrir bien los ojos pero el ojo izquierdo, no pude abrirlo ya que tenía un parche colocado.

-¿Donde estoy? -Pregunté en un susurro casi inaudible y analicé el perímetro en el que me hallaba.

Estaba en una pequeña habitación de color azul, habían todo tipo de prendas de vestir tiradas alrededor y un armario de pared de color blanco tenía un montón de ropa desordenada, la puerta se hallaba al lado del armario. Voltee la vista a la derecha y vi un escritorio con ciertas cosas que parecían gargantillas, pulseras, anillos y pendientes. Encima del escritorio fijado en la pared se encontraba un arco de madera con dos flechas marcando una "X" ambas tenían una punta de color negro. Voltee a la izquierda y lo único que había era una pequeña ventana que no me dejaba ver hacia afuera, solo dejaba entrar los rayos del sol, los cuales me hicieron sentir una cosa en común: Tranquilidad

-Si esto no es el paraiso -Murmuré- Debe ser la sala de espera.

La puerta se abrió, cosa que me hizo poner muy alerta. Entró una mujer, no era la Perra-loca, solo tenía cierto parecido en ella, aunque sus facciones eran más finas.

-¡¿Y tu quien eres?! -Pregunte con hostilidad. Tratando de incorporarme en la cama.

-Oye tranquila, solo vengo a ver si despertaste. -Dijo la mujer mientras se acercaba a la cama.

-¿Que quieres? -Pregunte aun acostada, aunque cubriendome con la sábana.

-Solo quiero revisarte, nada más. -Dijo con dulzura.

-Okey, haz lo que quieras me da igual - Respondi sin expresion alguna, después de quitarme la sábana de encima.

-¿Que quieres que te haga primero? - pregunto con entusiasmo.

-Ni idea -respondi mientras quedaba sentada en la cama sin bajar los pies.

-¿Crees que soy como Laura? -inquirió la mujer con una ceja arqueada-. ¿Crees que soy tan mala como ella?

No queria pasar por otra tortura o algo pero esa mujer no me daba miedo, solo irradiaba confianza y dulzura, parecia un angel, aunque en sus ojos ví algo claramente: soledad.

Esos ojos dulces y a la vez tristes eran de color verde como esmeralda, esa silueta delgada y firme un poco adorable, facciones mucho mas finas que las de Laura, Su color de cabello no exactamente castaño o oscuro, tampoco pude diferenciar si era largo o corto ya que estaba recogido en un gorro blanco de lana.

En pocas palabras era hermosa.

-¿Y? Estoy esperando una respuesta ontinuo la mujer.

-No lo se -musite.

La mujer se acerco a donde yo estaba y me miro a los ojos -o mejor dicho el ojo-, trate de desviar la mirada pero ella la detuvo con la mano puesta en mi barbilla.

-Dicen que los ojos son el reflejos de alma dijo-. ¿Ves algo de maldad en ellos?

Esos verde esmeralda solo reflejaron tristeza, agonia, pero a la vez alegria y amor, tambien reflejaban algo que no podia explicar. Algo que lo suficientemente fragil y delgado como un hilo, aunque esa fragilidad era tan fuerte que me hizo sentir segura, protegida y acompañada.

Camile Encanto De TiburónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora