A little death [Hs + Th]

II

Daegú, Corea del Sur

25 de diciembre de 1962

08:00 pm.

Jeongguk suspiró pesadamente mientras se recostaba en el asiento y masajeaba su cuello con cansancio. Desde que el supuesto cuerpo de Kim Taehyung fue encontrado en aquel cuarto de motel, no tuvo mucho tiempo para descansar, pues debía pensar en las próximas jugadas que daría el asesino después de tremendo acto.

La policía se había movilizado a las fronteras para que no pudiese escapar y otras tropas salieron de Daegú para dirigirse a pueblos vecinos en búsqueda del hombre. Las patrullas viajaban por la ciudad día y noche, incluso en el toque de queda impartido por el gobierno. Todo el cuerpo policial se movilizaba para encontrar a Jung Hoseok y sus cómplices. Pero, hasta el momento no habían encontrado algo concreto que los guiara hacia él.

Jeongguk había pedido explícitamente que la información no se compartiera con la prensa, pues eso solo asustaría más a los ciudadanos. Una noticia semejante le daría el poder necesario a Jung para dejar en ridículo a la policía y sembrar el terror entre las familias coreanas que solo esperaban un poco de seguridad para sus mujeres. Muchos se habían movilizado en protestas contra la policía a causa de su mal manejo de la situación, pero ni siquiera sus acciones pudieron agilizar la captura de ambos asesinos. Fue Jeon quien, después de un tiempo, encontró pistas sobre los amantes, pero, aun con todo ello, seguía siendo difícil capturarlos.

Killer Smile conocía la ciudad por entero, no había punto ciego en sus movimientos y sus acciones fueron premeditadas hasta esos instantes. Incluso cuando se sintió acorralado e influenciado por Taehyung, resultó muy difícil para la policía lograr que este desistiera de su precisión y se equivocara en sus pasos. El asesino, más que un hombre despiadado, era inteligente y precavido. En consecuencia, no solo había huido de la policía durante un año y medio, sino que también, había mandado mensajes que ponían nervioso a todos los involucrados del caso, en especial, a Jeon Jeongguk.

Pensando en todo ello, el detective se dispuso a revisar, por octava vez en la noche, los papeles que relacionaban a la pareja en los últimos asesinatos de mujeres y hombres en Daegú. La información era escasa, las pruebas ni siquiera eran numerosas para usarlas en un juzgado, pero todas aquellas muertes, todos aquellos crímenes, le pertenecían única y exclusivamente a Jung Hoseok.

― ¿Seguirás con los dedos pegados a la máquina de escribir? —la suave voz de Namjoon captó la atención del detective.

Jeon sonrió y dejó a un lado lo que estaba haciendo.

―Sabes que no puedo detenerme hasta dar con el paradero de ese criminal — argumentó— toda esta situación ha perturbado la investigación por completo.

―Tampoco me lo creí cuando me llamaste anoche ―mencionó el hombre, mientras dejaba una taza de café en la mesa de su mejor amigo y tomaba asiento frente a él―. ¿Kim Taehyung muerto? ¿Es posible, acaso?

―Sabía que Hoseok no sentía nada por él, pero asesinarlo en estas circunstancias, y a solo días de atraparlo, me sorprendió demasiado. Me imaginaba un escenario completamente diferente; tal vez, uno donde el mismo Taehyung se entregara a la policía para darle el tiempo suficiente a Hoseok para escapar.

―Buscamos en todas partes, incluso en el exterior, pero ellos siempre estuvieron aquí, en Daegú.

Jeongguk suspiró, tras saberse completamente burlado. Después de que la prensa filtrara la información obtenida de Jung Hoseok, el detective creyó que este iba a desaparecer de la ciudad completamente, sin dejar rastro, como acostumbraba; pero, no había sido de esa manera. El hombre permaneció en Daegú durante todos esos días, escondido entre las sombras, a la espera de algo que no comprendía. Si podía salir de allí, mucho antes de que se divulgara su historia, ¿por qué decidió quedarse? ¿Por qué se expuso a sí mismo de esa manera? Las incógnitas continuaban en la mente del detective, quien no sabía qué pasos daría el asesino a partir de ese momento, considerando que ya nada lo ataba a esa ciudad.