Más que socios // [chifutake one-shots]

🌼 El mejor cumpleaños de mi jodida vida

P A R T E Ú N I C A

• Takemichi y Chifuyu tienen dieciocho años •

｢Chifuyu top. Takemichi bottom｣

☡ Contenido explícito (relaciones sexuales). Sí eres sensible a este tema, recomiendo leer con discreción.

...

Habían pasado largas semanas desde que Chifuyu y su novio no se veían. Los estudios les impedían reunirse seguidamente. Aunque, sí Matsuno era honesto, poco le importaba realizar sus exámenes. Sin embargo, su querido pelirrubio era más aplicado en ello ―o trataba de serlo―, por ende, en aquellos últimos días el ojiazul optó por dedicarse a repasar los contenidos de las materias que serían evaluadas, ya que realmente tenía miedo de reprobar el semestre. El de arete entendió la decisión de su pareja. Incluso en una oportunidad que tuvieron de hablar por llamada, Hanagaki le contagió su esmero por obtener buenas calificaciones, comentándole también que no hiciera a un lado sus tareas y pruebas.

Así pues, el dúo pasó extensos días estudiando cabeza abajo, sin quitar la vista de sus cuadernos; sólo concentrados en sus exámenes. No obstante, varias noches transcurrieron desde que ese período de evaluaciones acabó, y ellos no se habían vuelto a encontrar.

Chifuyu no estaba desesperado, pero no podía negar que extrañaba a su novio. Pensaba constantemente en él. Absolutamente en todo. Esa timidez y cariño que amaba, esos hermosos y sinceros orbes marinos, esas almohadillas rosadas que tanto le encantaba probar, esa resplandeciente sonrisa, ese cabello, esa figura que, maldición, se hallaba ansioso de recorrer.

Matsuno deseaba estar de una maldita vez con el pelirrubio. No aguantaba más. Lo quería a su lado ya. Requería de esa dosis dulce que era su novio.

Quizá era por la falta de amor, o simplemente una necesidad sexual. Verdaderamente, a Chifuyu no le preocupaba el motivo. Sin embargo, creía con certeza que se trataba de la combinación de ambos hechos. Por lo tanto, inventaría cualquier excusa sólo para tener a su pareja consigo en uno de esos días.

El de arete no perdió mucho tiempo y puso manos a la obra.

En plena tarde de viernes, el de ojos celestes se comunicó con Hanagaki mediante su celular, ofreciéndole la posibilidad de poder venir a su casa, diciéndole que iban a celebrar, aunque sin especificar qué. De esta forma, en un cansador trayecto, Takemichi logró llegar al hogar de su novio.

―Hola, Chifuyu ―saludó el mayor desde la entrada del lugar, mostrando ese característico rostro amigable.

―Hola, amor. ―El de hebras rubíes sonrió, agarrando velozmente al contrario de su cintura, para así poder apegarlo a su cuerpo, juntando sus labios en un suave, pero lujurioso beso.

―C-Chifuyu... ―expresó el de orbes azules, avergonzado. Sus mejillas estaban teñidas de una tonalidad carmesí.

―¿Qué? ¿No te gustó? ―cuestionó el nombrado, juguetón. Le gustaba bromear con su pareja. También aprovechó de cerrar la puerta detrás del pelirrubio.

―No, no eso ―contestó el mayor, restándole importancia―. ¿Cómo estás?

―Bien, pero ahora que estás aquí, mucho mejor ―admitió el contrario, envolviendo nuevamente al más bajo de su cintura con la ayuda de sus manos―. Te extrañé.

Hanagaki curvó sus labios con ligereza.

―Por cierto, ¿cómo te fue en tus exámenes?

―Pésimo ―manifestó Takemichi, arrugando su ceño con decepción―. A pesar de que estudié, no logré que me fuera muy bien.