Extra

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Una melodía lenta comenzó a ambientalizar el lugar, la botella de vino está a punto de acabar y el rubor en las mejillas de ambos era la evidencia que estaban embriagados, anteriormente los dos habían declarado muchas cosas al contrario estando ahora en un cómodo silencio viendo las lámparas que alumbraban de manera tenue como lo más interesante, hasta que Jimin tomó la iniciativa de hablar.

- Gracias, en verdad necesitaba de esto y la manera en cómo lo planteaste - dirigió la mirada a su esposo -. Fue muy encantador

- Creo que ambos necesitábamos de esto - tomó las manos de su esposo acariciando ambas con amor, con cuidado Jimin se giró quedando de frente para escucharlo -. Necesitábamos compartir nuestros sentimientos y cosas nuevas que hemos pasado últimamente, en pocas palabras comunicarnos, divertirnos un poco y principalmente amarnos - sonrió -. Y qué mejor manera que está, cumplimos algunas promesas en una sola noche, además - de manera coqueta fue acercando lentamente al rostro del contrario -. La noche todavía es algo joven y creo que podemos hacer algo más.

Al saber a qué se refería, mordió su labio inferior desviando un poco la mirada por la cercanía del rostro de su esposo. No podía negarlo, él también deseaba llegar a algo más, necesitaba de la cercanía y contacto de la piel ajena.

- O señor Jeon, usted siempre es tan hormonal - sonrió con coquetería -.

- ¿Quién no lo sería teniendote como esposo?

Una de las manos de Jungkook jalo con posesividad el rostro de Jimin hasta unirlos en un beso que con el paso de los segundos se iba intensificando, con sutileza y sin dejar de besar a su esposo, Jimin se sentó a horcadas sobre su regazo pasando sus brazos alrededor de su cuello comenzando a frotarse descaradamente contra su intimidad. Chasquidos y suspiros liberados por los labios de Jimin eran los sonidos que podían oírse junto a la música, agradeció mentalmente que estuviera en un volumen algo fuerte, puesto que, conociendo a Jungkook era muy poco probable que fueran a la habitación en esos momentos.

El de labios rechonchos gimió gustoso al tener la reacción que esperaba, algo inició a levantarse dándole una deliciosa sensación al rozarse contra su trasero, eufórico repartió besos descendiendo desde sus labios hasta llegar a su mentón pasando por sus clavículas y terminando en su cuello dejando pequeñas marcas y chupetones, podrían pensar lo que quieran pero para Jimin dejar marcas visibles era algo divertido, pues disfrutaba de ver en las mañanas el rubor y nerviosismo de su esposo al tratar de ocultarlas con cualquier cosa. Por su parte, él estaba igual o más excitado, su pene estaba igual de caliente y duro formando un pequeño parche de humedad que podía verse sobre su negro pantalón de vestir, los meneos de su cadera se hacían más intensos gracias a que su esposo lo guiaba con sus manos puestas en ella; ambos lograron verse directamente a los ojos alcanzando a decirse con la mirada lo tan excitados y eufóricos que estaban en ese momento, otro beso comenzó en el cual sus lenguas gustosas se unieron creando una danza entre ellas liberando agudos gemidos por parte de Jimin y gruñidos posesivos por Jungkook, ambos estaban comenzando a llegar al límite necesitaban más que solo roces y besos así que con desesperación comenzaron a deshacerse de sus ropas valiendoles poco en donde cayeran, cuando por fin estuvieron completamente desnudos Jungkook comenzó a dejar besos húmedos por su cuello bajando hasta su pecho, dónde se centró en sus sensibles pezones.

- J-Jungkook, ¡Ah! - gimió al cielo al sentir como uno de sus pezones era mordido y acariciado por una húmeda lengua -.

Los tirones, mordidas, lamidas y succiones que sus sensibles pezones estaban recibiendo lo conducían al cielo, no podría quejarse de las corrientes eléctricas provocadas por la boca de su esposo y maldecía ser tan receptivo ya que estás iban directamente a parar en su pene haciéndolo más vulnerable llevándolo al borde de acabar, tenía que distraer a Jungkook y una brillante idea se le ocurrió; en un descuido, se puso de pie ayudando al contrario a hacer lo mismo un poco confundido por su reacción Jungkook se quedó quieto esperando algún movimiento que le indicará que había hecho algo mal, más no esperaba que su esposo mordiera el lóbulo de su oreja y lentamente fuera descendiendo hasta quedar de rodilla y apoyado con sus manitas hechas puñitos en frente de su erguido pene. Podría jurar que se correría ahí mismo con esa jodida imagen de su esposo, Jimin lo miró a los ojos mostrándole un brillo de lujuria pero al mismo tiempo de inocencia, sabía que algo estaba tramando y no tardó en descubrirlo; sin apartar los ojos de los ajenos dió un tímido beso en la punta de su pene después repartió pequeñas lamidas que iban desde la punta hasta la base en ocasiones se aventuraba más y lamía sus testículos, lo estaba torturando lo sabía perfectamente bien.

Pícnic nocturno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora