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Ya era de noche y Óscar y yo nos habíamos ido a nuestro propio RV

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Ya era de noche y Óscar y yo nos habíamos ido a nuestro propio RV.
Había decidido conseguir uno porque quería que estuviéramos a solas.

"Cariño, vuelve aquí"- lo oigo quejarse.
"Solo pongo a cargar el teléfono"- volteé y le sonreí.

Rápidamente lo enchufé y volví a la cama a recostarme con Óscar. Le eché la pierna encima y lo abracé.

"Recuerdas cuando éramos más chicos y Dom solía traernos? Solíamos escaparnos para nadar desnudos en ese lago detrás del evento"- carcajeó suavemente.

"Me encantaba hacer eso"- reí.

"Me pregunto por qué"- sonrió.

"Asqueroso"- golpeé su hombro suavemente.

Pronto comenzó a besarme suavemente antes de subir de tono.

"¿Qué haces?"- reí apartándome.

"¿Qué? No puedo besarte?"- rió y apartó el cabello de mi rostro.

"Pues claro que sí"- sonreí.

En realidad esperaba que esto sucediera, estaba caliente como los mil infiernos pero al carajo con eso, mi orgullo se interponía y no iba a decirle eso.

Comenzó a besarme de nuevo lentamente, bajó hacia mi cuello dejando pequeños besos húmedos.

Un pequeño gemido escapó de mis labios.

Eso hizo que comenzara a chupar alrededor de todo mi cuello intentando encontrar mi punto débil y tan pronto como lo hizo, mis gemidos se hicieron más altos.
Es que dios, este hombre está que arde.

Me dejó un par de chupones y volvió a mis labios. La cosa comenzó a ponerse muy ardiente.
Me quitó la ropa y yo a él sin romper el beso en ningún momento, no sé cómo logramos eso.

Besó desde mi abdomen hasta mis caderas, asegurándose de no dejar lugar sin recibir amor.
Abrió mis piernas lo suficiente como para poder besar mis muslos.

A este punto yo ya no podía más, necesitaba a mi hombre, a mi spooky.

Luego de repartir besos por todos lados llegó a ese punto.
Me miró y sonrió.

"¿Lista?"-
"Siempre"- sonreí.

Entonces movió mi tanga a un lado y comenzó a besar sobre ella, me estaba tomando el pelo.

"Óscar, ya deja de jugar"- mi respiración comenzaba a agitarse.

"Cállate"- dijo. "No quiero oír ni mierdas a menos que sea mi nombre o tus hermosos gemidos, ¿entendido?"-

Sonreí y reí a la vez.
Pero mi cara cambió y la risa se desvaneció cuando sentí que comenzaba a hacerme un oral.

El placer tomó el control y gemidos descontrolados salían de mi boca.
Sentí cómo introducía dos dedos dentro de mí, jadeé arqueando la espalda.

Mini Toretto🏁 ~Spooky Diaz y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora