La chica de la luna

Nueve. Tardé mucho en darme cuenta. La vida pesa mucho más que la muerte. Es difícil vivir, pero reflexiono ¿realmente es tan arduo morir? Lo único que sabemos es que somos y que tarde o temprano vamos a dejar de ser. Supongo que eso es exasperante para la raza humana. De modo tal, que en el momento que empezamos a juzgar la figura de uno (e incluso desde antes), comenzaron estas preguntas. ¿Por qué vivimos, para qué la vida? Y pusimos nuestras esperanzas y creencias en las ciencias, en la lógica y en la religión. De las cuales tampoco me dejaron satisfechas (en este aspecto). Es que la vida no tiene un sentido inherente, pero podemos darle el significado que queramos (aunque tampoco tiene algún sentido). Pero si esta es la vida que conocemos ¿Por qué seguir viviendo? Para escapar de la muerte. Por ahora, mi solución, es determinar que la vida es absurda (que la vida sea absurda connota que no tiene una interpretación transparente... y que lo mejor es pensar una para nosotros mismos). Porque no somos nadie, o mejor dicho, somos nada. De igual manera, que la vida no tenga sentido no equivale a que no merezca ser vivida. Puedo deprimirme por el hecho de que el "sentido de la vida" es una falacia (porque el ser humano tiene la creencia errónea de que puede obtener algo de esta vida, o incluso, justificar su existencia), o puedo disfrutarla. Porque si la acepción de la vida es irracional, ilustra que todos los errores que cometí realmente no importan. Pero mi cabeza me retruca y me percato de que mi realidad no tiene ningún valor más que el significado sentimental que patéticamente le doy, y que mi vida y la de todos los demás es igual de irrelevante que la existencia misma. Nada de lo que hagamos importa. Parece que mi angustia existencial día tras día evoluciona, y mis ganas de vivir me las llevé a marzo con mi desesperada necesidad de asimilar mis cuestiones. Porque al fin y al cabo, crisis existencial es saber que el mundo gira...y uno sigue ahí parado. Hoy en día me es muy complejo determinar cualquier cosa. Tal vez solo le temo a ser vieja sin haber sido nunca realmente joven, o me aterra la idea de pertenecerle al mundo. Que todas mis interrogaciones sean cada vez más y más y sean inviables de explicar. Cansada de vivir. Quizá solo estoy en pésimas circunstancias, en el lugar incorrecto, en la época equivocada, en una vida miserable. Pero ya saben lo que dicen...debe ser el clima.

Ocho. Tengo miedo. Vivimos para escapar del silencio y la miseria. Nos alimentamos de momentos. Debemos crear nuestra felicidad. La esperanza desaparece y la luz se extingue. Te dejan afuera hasta que, al menos por un instante, todo parezca posible. Pero al final sabemos que fuimos creados para la mortalidad. Y me siento irremediablemente demacrada. Me resisto a la libertad. Me protejo de ese espíritu en ese lugar donde escondo mi dolor. Es tétrico, lúgubre. Por eso me pregunto ¿acaso la muerte es la solución a mis problemas, o solo es un acto de cobardía? Suelo encontrarme en pleno naufragio y siento que pierdo el control que nunca fue. Verdaderamente ¿cuándo lo tuve? Nunca, pero te consuela pensar que sí. Como en las religiones, el hogar de los desamparados. Como diría Nietzsche, "Buscar la felicidad en la fe es no querer buscar la verdad". Es reconfortante conjeturar que hay alguien con el dominio de nuestras vidas, aunque sea una falacia. Por eso la gente es creyente. Sin algo en qué creer, la vida se vuelve vacía como cual botella de vino a las once de la noche. Y creo que yo soy igual, ya no siento nada. Por eso no estoy triste, estoy vacía. Y no me atemoriza, pero eso sí. Llegué a tal punto de mi vida donde trato de alejar de mis días a todos los que amo por miedo a transferirles mis penurias, y el hecho de que se enojen por mi frialdad, mi falta de tacto y mi "necesidad de espacio", lo hace incluso más sencillo. Solo debo aprender a despedirme sin herir a nadie, supongo que es algo que tengo que deconstruir todavía. Al fin y al cabo, destruir todo parece la mejor opción. Quisiera escaparme a un lugar donde nadie conozca mi nombre, convertirme en la chica de la luna. ¿Cuál es mi problema? Existo, y lo encuentro profundamente desagradable. A lo mejor solo estoy perdiendo el tiempo, ¿por qué estoy esperando al mañana? Si al final del día, todo es la misma basura. ¿Por qué me intereso tanto? Solo extraño mi vieja máscara, mi intocable inocencia, vivir en mi antigua piel. Esta no me gusta, huele a muerto.