capitulo 1

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Gracias por el apoyo Lach_Space_Silent

En tus ojos cafés podía ver la eternidad envolver nuestro amor, aquella que solo se concedía a las almas que se habían convertido en una sola, por haber logrado el amor sincero y real de quien había sido enviado a su vida.

Ese amor del que solo hemos escuchado, pero jamás leído. Aquel, que con el simple rose de la persona escogida sientes como todo tu cuerpo reacciona a su ser; con el cual puedes ser tan transparente y tienes la plena certeza de jamás ser juzgado. Con el cual puedes ser el niño pero también el adulto; donde encuentras paz en tiempos de tempestad, pero puedes ser el huracán que estalla y el solo te escuchara para poder ayudarte a reducir las pérdidas a las que te enfrentarás.

Aquel amor que te ayuda no siendo el soporte, si no el que te auxilia para buscar la mejor solución a los daños que tu alma, corazón y mente pueden cargar. Es el mismo amor que te deja ser libre y volar alto para conseguir lo que anhelas, aquel que te desea lo mejor con el despertar pero que también te escucha y abraza cuando algo salió mal al anochecer.

Hablo del amor que enfrenta la realidad y no es idealizado, hablo del que si hay una pelea, prefiere dormir en la otra habitación en lugar de irse a embriagar hasta perder el conocimiento. De aquel que si comete un error, se rectifica y pide una segunda oportunidad, en lugar de siempre buscar excusas o hacer promesas vacías. Un amor del día a día

- Amor mío. - fue lo único que logro pronunciar cuando la noticia fue dada por el doctor. Nada tenía sentido, solo habían pasado 2 horas desde que lo tuvo entre sus brazos compartiendo besos cariñosos.

Negó frenéticamente lo que le acababan de decir, aquello era un error, su amor no podía irse sin más, no cuando les restaba tanto por vivir. - por favor. - clamo desesperado negándose a la realidad. - Amor mío. - y se dejo ir. Quisiera regresar al día en él que te conocí, aquella primera vez en la que coincidimos cuando los copos de nieve caían sobre las personas que transcurrían las calles, cuando tu corrías a toda prisa para llegar a tus clases de danza, tan jovial lleno de sueños y esperanzas; tu cabello castaño se movía con cada uno de tus pasos sobre el asfalto de la inmensas calles; tu sonrisa de niño travieso, la suave fragancia que te envolvía y hacia resaltar sobre las calles abarrotadas de gente bañadas en fragancias exuberantes. El abrigo color azul que te cubría del frío invierno aun lo tengo en mi clóset, donde siempre pertenecerá amor bonito. - y las lágrimas de un ángel comenzaron a bañar el piso de porcelana blanca del imponente hospital. - Tu rostro lleno de un brillo que nunca antes había visto en una persona y en un solo instante desapareciste dejándome con la esperanza de volvernos encontrar. Tu brillabas mientras yo estaba de pie observando como todos caminaban apresurados para el eterno encuentro con su destino, hasta que tu sola presencia me saco de mi ensoñación con el futuro, entrelazando nuestros caminos con tu sonrisa inocente de conejito travieso. - jamás entendería la cruel jugada del destino.

- Jimin. -

Las voces de quienes lo consolaban y trataban de sacarlo de aquel largo letargo en el que el solo se había sometido y se negaba a salir, porque solo ahí podía feliz.

- Jiminie. - lo intento otra vez quien lo consideraba su hermano.

Porque el amor tiene que doler de esta manera, porque cuando piensas haber logrado algo en la vida, esta se empeña en arrebatártelo y dejarte vacío, sin ganas de intentarlo otra vez, porque se empeñaba a torturarlo de una manera tan vil.

- ¿por qué? - pregunto con la mirada fija en el piso blanco de la clínica en la que se encontraba.

Los presentes no tenían una respuesta que calmara el dolor de la perdida, ni siquiera podían imaginar lo doloroso que seria experimentar ver la partida de quien habías jurado amar toda tu vida. - lo siento. - fue lo único que pudo pronunciar, ahogándose con el nudo que se había formado en su garganta, y las lágrimas traicioneras que mojaban sus mejillas. - lo siento minie. - avanzo para tomar a su amigo, pero este se levantó.

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