apple pie

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Todo comenzó, con un pay de manzana

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Todo comenzó, con un pay de manzana. Un bendito, pay de manzana.

En este mundo aún revolucionando, algunos siguen ceñidos a las antigüedades y estereotipos arcaicos acerca de la sociedad, y por ello se cree fervientemente que los omegas saben cocinar. Según son buenos batiendo, mezclando, horneando, decorando y preparando deliciosos platillos y postres, destinados a satisfacer las necesidades de un alfa o quizás de sus propios cachorros.

Con un toque especial para lo gastronómico, buena sazón y sabrosas preparaciones que trascienden de lo ilusorio, para convertirse en un tangible manjar. Maestros cocineros heredando sus dotes de la naturaleza; los omegas en algún tipo de pasado se dedicaban únicamente a esto, además del resto de quehaceres del hogar, como la limpieza y crianza. Estaba en ellos ser domésticos, eran educados para lo mismo.

Beomgyu es un omega, que lo único de culinario que posee es su encantador aroma a fresas y crema batida. De resto, su desenvolvimiento en la cocina es demasiado caótico que seguramente aterrorizaría a las ancianas más anticuadas.

Podía preparar almuerzos y desayunos sencillos sin que estos quedasen crudos, desabridos o salados. Pastas no tan buenas pero comestibles, panqueques un poco menos esponjosos de como deberían ser, pero que se podían disimular con algo de nata comprada en el super.

Al final, la mejor comida que podía preparar era ramen picante instantáneo; una delicia.

Su peor pesadilla era lo dulce. No importaba que tan pie de la letra siguiera las recetas y calculara bien los ingredientes en esas tazas de medida que su mamá le había regalado cuando se había mudado a un departamento en solitario, esos cupcakes de vainilla siempre le salían mal.

Esos cupcakes, las donas, los cheesecakes, brownies y demás postres que intentaba preparar, bien sean fríos o calientes, un completo fracaso. Buddy Valastro estaría muy decepcionado de él.

¿Y cómo no?

Su supervivencia se debía a comidas rápidas y a domicilio, además de sencillos precalentados. Lo de gusto salado se le daba tan solo un poco mejor que él resto de sabores, y eso no era muy ideal para alguien que trabajaba en una pastelería.

Bien, era el cajero. Pero vivía con el constante pavor de que lo enviaran a la parte de atrás a hacer mezclas, incluso cortar fondant y hacer muñequitos de chocolate moldeable podría tener más probabilidades de exito, pero de igual forma le atemorizaba.

Y se ponía a pensar en que había pasado por su cabeza, conociendo su mala suerte y su carencia de habilidad repostera, cuando creyó una perfecta idea el hacer un pay de manzana por el cumpleaños de su mejor amigo.

Yeonjun podía parecer un alfa frío, serio y ligeramente silencioso en ciertas ocasiones. Como un malvavisco cubierto de chocolate, con una capa oscura que lo hacía lucir como un chico malo, con esos tatuajes en sus brazos y cabello rubio platinado, rudo. Pero que en el fondo era suavecito, tierno y apapachable lobito, con ese aroma a café y lluvia que le gustaba tanto a Beomgyu.

fireman | taegyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora