CAPITULO IX

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Dicen que la vida cambia, eso es verdad, pero... ¿Quién cambia a la vida, el tiempo o uno mismo? ¿O será parte del destino, será que el destino está escrito así? ¿Será que nuestras vidas ya están escritas? O sea, hablo de los errores y aciertos que cometeremos, no sé muy bien de estas cosas, yo como autora solo puedo decir que vivo mi vida en el día, ¿será que ellas estaban haciendo lo mismo? Tres años pasaron rápido y ninguna de las dos había llamado o había dado señales de vida hacia la otra, por el lado de Kara estaba en una relación de hace tres años, después de encontrarse con aquella mujer de ojos marrones y pelo negro habían

seguido viéndose, y Kara se entregó a aquella mujer, lo poco que le había dejado Lena, según la rubia, pero hoy en día esa chica había llegado casi, casi donde Lena estaba, no había duda que Kara la amaba, había aprendido a querer aquella chica, tres años a su lado aprendió mucho, como por ejemplo ''por que sentir algo por alguien que ya no estaba?'' el recuerdo de Lena ya no estaba a flor de piel desde hace muchos, ahora su nueva novia ocupaba cada espacio de su vida, cada vez que llegaba de trabajar, su novia la esperaba con la cena, y con un hermoso beso y abrazo, como todos los días terminaron de cenar y se pusieron a conversar con su novia


- Amor no te olvides que tenemos la cena de mi trabajo –Kara suspiro- la de fin de año
- No me he olvidado de eso –le sonrió- sobre todo que me lo vienes repitiendo desde noviembre –la miro- hace tres años que lo vengo haciendo ¿no? –la pelinegra sonrió
- Y eso me encanta –se acercó y beso los labios de Kara- aunque me encantan otras cosas de ti –le guiño el ojo y Kara no espero a rodearla con sus brazos por la cintura
- Así que a la Licenciada Diana Prince –la apretó más a su cuerpo- le gustan otras cosas de mi –toco con la punta de su nariz la de Diana- ¿podría decirme cuáles?
- Para empezar me gusta –la abrazo del cuello- que me ames como lo haces –Kara sonrió- que me protejas –beso la mejilla de Kara- me mimes –Kara le acaricio la mejilla y le sonrió- y que -lamió el labio de Kara- me hagas tuya de todas las maneras que existe –Kara gruño
- Amo hacerte mía –le saco la camiseta a Diana- y en este momento te haré mía


Kara comenzó a desnudar a su novia, entre besos y caricias, fueron al cuarto donde compartían hace dos años, deposito a su novia sobre el colchón con sábanas blancas, con su rodilla derecha sobre este, mientras se sacaba la ropa ella misma, al terminar vio a su novia, abierta de piernas esperándola, era una vista bastante excitante, paso su dedo índice por el sexo de Diana, para luego llevárselo a su boca y saborearlo, bajo su rostro y se coló entre las pierna de esta, para, morder, chupar y lamer aquel lugar, no paso tanto que Kara sintió el orgasmo de su novia en su boca, Kara ya estaba completamente dura y su novia lo podía ver, ya que el miembro lo tenía bien firme y se podía notar las venas, Kara tomo su miembro entre su mano, metió solo la punta y lo volvía a sacar, al notar que su novia ya estaba totalmente lubricada, entro de un solo golpe, comenzó a entrar una y otra vez, Diana se sentía totalmente llena con el pene de Kara dentro de ella, le encantaba que Kara la hiciese suya, se sentía morir con los mete y saca que solo pedía por más y más, Kara con una embestida más fuerte, dura y rápida, Diana venia por el segundo orgasmo, pero Kara salió, la giro poniéndola en cuatro, y volvió a entrar en su novia, tomándole de las caderas y empujándola hacia ella, los jadeos y gemidos se volvían más fuertes, un tercer orgasmo para Diana y el primero para Kara estaba a punto de venir...


En Irlanda una pelinegra estaba en la playa Inch Beach, mirando como Teo su perro jugaba con
Jack y la pequeña rubia, que corría tras del perro o corría con la pelota en manos y Teo por atrás corriendo, Lena no paraba de sonreír, desde que había nacido aquella pequeña... en realidad desde que se había enterado de la existencia de aquella pequeña, no hubo un día
donde no estuviera feliz, aquella pequeña realmente le había cambiado la vida, además que reía de Jack cuando los antojos se hacían presente


Esperanzas Guardadas en un CajónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora