Que Nadie Nos vea +18 || GiyuNezu

El chico guapo de la cafeteria

Capítulo Largo...

Nezuko pov:

Cada lunes, miércoles y viernes voy a la cafetería antes del medio día y en las tardes. Llevo así 3 meses. En sí, no soy fan del café, nunca me gustó. Pero, hay alguien super lindo allá que me está esperando siempre, no sé sí sea para que consuma sus productos o sí es que tiene interés en mí. Varias veces le pedí su número telefónico pero él se niega a dármelo, simplemente menciona —Gánatelo. — Y luego se aleja de mí, intenté sacarle más plática. Él no es muy sociable que digamos, apenas me habla a mí y a unos chicos más. También he notado que es cortejado por varias chicas, cosa que me molesta. Por culpa de ellas no puede estar conmigo más tiempo.

Quiero ser su amiga, me siento tan atraída a él. Debo hablarle, si él no tiene iniciativa...yo la tendré.
Así que ando preparándome para conversar con él, obvio no seré lanzada. No quiero que piense mal de mí, pensará que "ay, tan desesperadas estás" No! no lo estoy. Es que no quiero esperar a que "Don Tortuga" Me de una señal, porque de verdad que si tengo interés.

Por eso hoy le pediré su número y seré más firme con él! Si, o eso creo. Como podría ganarme su número! Que debía hacer, nunca me dijo cómo, simplemente se va y me deja con la palabra en la boca. Ay Giyuu, Giyuu! No sé que me haz hecho, tus cafés deben tener algo...

Fin del pov...

(....)

Tin tin —Las campanillas de la puerta de la cafetería sonaron. La azabache de puntas naranjas había entrado nuevamente al lugar donde cierto muchacho simpático estaba.
Giyuu miró la puerta al percatarse de la hora, ya eran las 12 y en efecto, estaba la chica que esperaba aquellos días intercalados.

—Hola, hola —Nezuko se sentó en él mismo lugar de siempre, no sin antes saludar a los que conocía trabajando en el lugar.

—Ahí está tu fiel clienta. —Un joven de cabellos melones había dado un leve codazo al pelinegro.

—Si...—Giyuu evitó mirarla, hoy estaba diferente. Ella se veía más bonita, ademas de que un dulce y delicioso aroma provenía de ella.

—Ay tu, siempre tan quedado... (Seguramente esté sigue siendo virgen, mmm tengo una idea. Ojalá todo salga bien) —Carraspeo su garganta para mirarlo confuso. —Ehem! Por que no vas? Anda ve! rápido! —esté lo empujó, haciendo llamar la atención de la chica.

Giyuu se mostró calmado, aun que las mano le temblaban levemente. Este se mostró serio y le preguntó —Que ordenara?.

—Ay Giyuu, llevo viniendo aquí desde hace meses y siempre pido lo mismo.

—son protocolos que debo seguir...

—Mmm, bueno tráeme lo mismo de siempre.

—Esta bien, no me tardo. —Giyuu se alejó y se fue a la cocina. A pesar de que estos dos jóvenes atendían, también ayudaban en la cocina.

En lo que el peliazul se fue, la menor aprovechó para sacar su teléfono y empezar a ver si estaba bien arreglada. Viendo sus ojos, labios, pestañas y cabello. Todo estaba perfecto.

Unos cuantos minutos pasaron y Giyuu ya regresó con la orden. Dejo unos Hotcackes con chocolate derretido y una taza de café con leche y junto con unos panecitos dulces. Lo acomodaba en la mesa de la chica, mientras que ella trataba de conseguirle la mirada.

—Eh, Giyuu. Te puedo preguntar algo?

—Si, claro dime. —Este se limpió sus manos en su mandil. Mirándola algo sorprendido.